Los ministros de Energía y Medioambiente del G7, el grupo de las siete democracias más ricas del mundo, reunidos en la ciudad italiana de Turín, se han comprometido a eliminar gradualmente la generación de energía a base de carbón durante “la primera mitad de la década de 2030“, es decir antes de 2035, y a continuar la eliminación progresiva de la dependencia energética de Rusia.
En el documento final, los ministros de Medioambiente de Japón, Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia apuestan “reducir en la medida de lo posible la utilización de centrales eléctricas de carbón en los sistemas energéticos hasta un nivel que permita mantener al alcance el límite de 1.5°C de aumento de temperatura”.
En el frente de la cooperación con otros países, la declaración destaca que existe el compromiso “de promover que se detenga cuanto antes la aprobación de nuevas centrales eléctricas de carbón en todo el mundo”.
Además, el G7 apuesta por apoyar el uso de la energía de fusión nuclear y “se compromete a promover colaboraciones internacionales para acelerar el desarrollo de plantas piloto de fusión y fomentar el aumento de la inversión privada y el compromiso público para resolver los retos de la investigación y desarrollar cadenas de suministro y mano de obra internacionales”.
Respecto a Rusia, los siete países más ricos del mundo se empeñan en “reducir la dependencia de bienes civiles relacionados con la energía nuclear procedentes de Rusia, incluida la promoción de una cadena de suministro de combustible diversificada y libre de la influencia rusa, y para ayudar a los países que traten de diversificar su suministro”.
Asimismo, se condena “la continua toma de control y militarización de Ucrania por parte de Rusia y de la central nuclear ucraniana de Zaporizhzhia, que plantea graves riesgos para la seguridad nuclear”.
Asimismo, se expresa la intención de acelerar la eliminación progresiva de la dependencia de la energía rusa como “una parte esencial del apoyo a Ucrania” y en este contexto se explica que “la inversión en el sector puede ser apropiada en respuesta a la crisis actual y para abordar posibles déficits del mercado de gas provocados por la crisis”.
En Turín, los ministros han debatido sobre eventuales tecnologías que permitan el suministro de una energía limpia y sostenible también a países en desarrollo, especialmente en África para contribuir a la descarbonización de su industria antes del 2050.
Sin embargo, no llegaron a un acuerdo para establecer los mecanismos del fondo de “pérdidas y daños”, destinado a los países más pobres y vulnerables a los efectos del cambio climático: la contribución, de hecho, sigue siendo “de carácter voluntario”.
Durante la reunión de ministros de Clima, Medioambiente y Energía también se puso en marcha una llamada “Coalición del Agua del G7”, que “pretende identificar objetivos y estrategias comunes, catalizar ambiciones y prioridades compartidas para hacer frente a la crisis mundial del agua e integrar el agua y su relevancia intersectorial de manera eficaz y coherente en los foros y procesos existentes”.
Con información de: EFE