Carlos Padilla
Cerraron las casillas y se abrieron las conciencias. ¿Qué pasó? ¿Porqué esta paliza? ¿Dónde quedó la marea rosa y dónde se va a esconder Massive Caller?
¿Ahora sí seremos Venezuela? ¿Mantendrá la oposición el negacionismo, el victimismo? ¿Gritarán “fraude, fraude” para revertir 30 puntos justificando una MEGA FRAUDE? ¿o ahora toca el turno a ellos de hacerse una autocrítica?
La única finalidad de este escrito es comprendernos como país, reposar las emociones y hacer un análisis apartidista (y subrayo varias veces apartidista) donde podamos entender los tres factores detonantes para esta elección, los que dieron el triunfo contundente de la hoy presidenta Claudia.
1.- El primer elemento es que Morena DESDE EL ESTADO Y LA POSICIÓN DE PODER escuchó, comprendió y atendió al Mexico más real, más numeroso y que más suma en las boletas. La federación con todo su sistema y presupuesto le habló, le apoyó y le mostró su cercanía a los más vulnerables, esos que hoy ensancharon las urnas. Las clases medias y hasta algunos de las altas vieron aquello y respaldaron con sufragios.
Acá van los cuatro datos, que para mí, se quedaron en la memoria de la gente, pero sobre todo en los bolsillos de sus familias:
-En México se aumentó en 120 por ciento el salario mínimo en términos reales (es decir por encima de la inflación)
-En el sexenio se elevó en 24 por ciento más el ingreso por familia (también por encima de la inflación)
-Pero sobre todo se triplicó el porcentaje de población que recibió ayudas sociales. Subieron al poder y la prioridad fueron los pobres, gran parte del presupuesto se gastó sin reparo y sin dudarlo en ponerles dinero en la mano.
-Atendieron dos sectores electoralmente claves de la población: los adultos mayores y los jóvenes universitarios que votarían por primera vez, concretamente con tres programas : Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, el de Becas de Educación Básica para el Bienestar y la Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior. Entre los tres programas incorporaron a 5.6 millones de personas beneficiarias, solo en el último año… el año electoral. Se gastó 87 mil mdp en becas. Es así que un estudiante en edad de votar comenta a sus amigos: “Me ayudan a mí y ayudan a mi abuelito, ¿cómo no voy a votar por la candidata del presi?” Definitivamente cuando tienes cash del gobierno en manos se te olvidan la falta de medicamentos, las tasas de homicidios y los niños con cancer o “las lineas 12” quedan opacadas.
2. El segundo factor es AMLO. Andrés Manuel lleva 36 años en la vida política del país. Desde 1994 está en las boletas electorales pasando por su derrota en Tabasco, su victoria en el DF y tres contiendas presidenciales… o más bien hay que decir, cuatro contiendas porque AMLO GANÓ LAS ELECCIONES DE 2024.
Fue él quien comenzó la campaña hace seis años desde Palacio en la primera mañanera, su religiosa verborrea la cumplió TODOS LOS DÍAS, con esa hábito de ser tendencia desde que el país se despertaba y hasta que “sus adversarios” como él les llama, cerraban sus noticieros y su Twitter hablando de él y siempre de él.
En esas tres horas diarias infló al partido, atacó a la oposición y fue noticia cada día… Hacía tanto alarde de sus triunfos, que los errores eran cubiertos con las salidas fáciles de “yo tengo otros datos” o “eso es culpa de las mafias del poder y sus políticas neoliberales”.
3. Por último el tercer factor es que en el 2024 se presentó LA PEOR OPOSICIÓN DESDE 1982. Simplemente nunca compitieron, pero lo más grave es que no conocen México y no saben leerlo. Tal como escribió mi amigo Javier: “Hay un México real, marginado y olvidado por décadas y décadas, que es pobre NO por ser ignorante, que NO es huevón solo porque recibe un apoyo social que antes nunca le dieron. Hay millones y millones de mexicanos que se parten el lomo de sol a sol y ni así les alcanza para salir adelante. A ellos, que son mayoría en un México muy desigual esta “oposición” no se canso de insultarlos y humillarlos durante TODO el sexenio; “ignorantes, mantenidos, huevones, chairos mugrosos” y al final les rogaron su voto para “salvarlos” del “dictador” con el que se sienten identificados.” La oposición le habló solamente a su facción “whitexican” y ahí forjaron unas cámaras de eco que se alimentaban a sí mismas sintiéndose numerosas con su hoy flamante 28,7%, se creían vencedores con sus candidatas forjadas en hornos de microondas y sus dirigentes del continuo doble discurso. En definitiva prefirieron atacar a un sistema en vez de apostar por unas propuestas claras y visibles.
Escuchamos durante seis años a una oposición que sostenía el argumento catastrófico: “seremos Cuba” “cerrarán la basílica de Guadalupe” o “van a quitarte tus propiedades”. Solo tenían eso por decir… muchas críticas y pocas referentes.
Que la oposición es la gran derrotada, ¡de eso no hay duda!, porque:
a) se disparó a sí misma presentando una alianza diluida y Chapulinera
b) presentó candidatos mediocres y escuálidos de propuestas
c) el dos de junio pierden y el tres nadie alza la bandera para decir síganme yo en seis años revierto la situación. Ponen a los de siempre como plurinominales y alimentan sus bases con la teoría del fraude y el robo de estado.
Mi amigo Javier me decía: “Fue una paliza mayúscula, ¡35 millones de votos! Ahora la oposición debe reconstruirse, ser inteligente. Utilizaron las tácticas del miedo como si el pueblo aún fuera estúpido, ¿Seguirán otros 6 años con el mismo discurso?”.