En una noche de sol y sombra con triunfo grande para la estrella mundial del rejoneo Diego Ventura por un lado pero tragedia para un integrante del grupo de Forcados por el otro, se celebró la corrida anunciada en la Plaza El Paseo que registró una entrada superior a los tres cuartos de aforo del coso.
El lusitano Diego Ventura salió a hombros al mostrar su estilo espectacular del toreo a caballo cumpliendo con los cánones de la tauromaquia ecuestre y con esos detalles que le han convertido en un torero fuera de serie como el hecho de despojar de la rienda y el freno a uno de sus ejemplares para seguir la lidia u obligar a otro de sus finos cuacos a caminar sobre las patas traseras convirtiéndo la escena en algo no antes visto.
Las dos orejas las cortó al segundo toro de su lote ya que en primero se llevó una ovación; por su parte el potosino Jorge Hernández con aplausos en el primero, se acomodó bien con su segundo toro para cortar una merecida oreja.
Santiago Zendejas no entendió a sus toros que además fueron lo menos claro del encierro y acabaron aplomándose; el rejoneador fue silenciado en su primero y con división de opiniones en el toro que cerró plaza.
Los forcados Potosinos lograron una buena pega con Ángel Salazar como cabo de cara pero en la segunda quien fungía como cabo, Jorge Solorio recibió una cornada en la pierna izquierda, en la región de la ingle, una herida de dos trayectorias, de 15 y de 10 centímetros; fue atendido por los servicios médicos de la plaza y se encuentra estable.
