El presidente de Chile, Sebastián Piñera, aceptó la renuncia del hasta ahora director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), Luis Masferrer Farías, quien decidió poner su cargo a disposición en un contexto de críticas hacia su labor por no prever el estallido social del país.
Piñera criticó días atrás el desempeño del servicio de Inteligencia y en una entrevista con el diario local El Mercurio dijo que “no estaba funcionando bien” y que requería “una profunda reforma”.
La labor de Inteligencia quedó en entredicho por no haber logrado anticipar la quema y destrucción por parte de supuestos grupos organizados en poco tiempo y de manera presuntamente coordinada de varias estaciones de metro en la noche del viernes 18 de octubre, cuando comenzó el estallido social de Chile, ni algunos hechos de extrema violencia en días posteriores.
Además, Piñera incluyó también un proyecto para reforzar el sistema de Inteligencia del Estado dentro de la batería de medidas que lanzó recientemente para tratar de mejorar la seguridad y de controlar el orden público, que quedó sumido en caos durante varios momentos de la crisis social, que ayer cumplió cuatro semanas.
Por separado, el secretario general de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrão, informó que un equipo técnico del organismo realizará una visita a la nación sudamericana del 18 y 21 de noviembre, para verificar la situación de los derechos humanos luego de que las protestas han dejado varios muertos y heridos.
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