El grupo británico Coldplay deslumbró este viernes en la presentación de su nuevo álbum “Everyday Life”, una apuesta arriesgada con aroma árabe tocada en dos tiempos: al amanecer y al anochecer en la vieja ciudadela de Ammán, una estampa que ya huele a historia de la música.
Son las 4.00 GMT del viernes. En México la gente está a punto de irse a dormir y en Japón se están sentando a la mesa para comer, en Jordania son las 6.00 y aún no ha amanecido. Comienza la transmisión en vivo a través de Youtube.
Chris Martin, de espaldas, termina de vestirse para el gran día; alrededor Will Champion y Jonny Buckland toman café o lo que sea. De repente el cantante de Coldplay se gira y dice “hola” a quienes siguen la presentación en streaming a través del principal portal de contenidos de vídeo del mundo.
En ese momento, la página ya tiene 4.5 millones de “me gusta”.
Calientan voces con el gospel de “Broken” antes de salir. “Mirémonos, contacto visual”, se oye. A continuación sonido de palmadas, gritos de ánimo y salida hacia el amanecer.
Coldplay dejó hoy uno de esos momentos que quedarán en el recuerdo y lo hizo en un escenario que transpira historia. La presentación de su primer disco en cuatro años era largamente esperada, el resultado parece haber valido la pena.
Concebido en dos partes, representadas con el sol y la luna, las notas de “Sunrise”, primer tema del álbum, despertaron suavemente la mañana antes de entrar en los compases de “Church”, un tema en el que la melodiosa voz Norah Shaqur da uno de los tantos toques especiales al álbum.
“Trouble in Town” es la tercera parada, una canción entre sensual y cañera con rifs de guitarra noventeros y esos arreglos milimétricos que tan bien glosan los temas de los británicos.
Mientras el sol sigue esforzándose por despuntar, el gospel vuelve ahora con la versión completa de “Broken”. A continuación Chris Martin se sienta al piano para dibujar “Daddy”, una balada tierna de las que empujan al llanto fácil, para después transitar hacia “Wotw Potp”.
Ahí el disco entra en su momento álgido. Si una cosa tiene “Everyday life” son colaboraciones descollantes, una es la de Jacob Collier, las otras dos más relevantes se dan cita en “Arabesque”, sin duda uno de los temas más sobresalientes que ha hecho el grupo en su carrera.
El belga Stromae y el descomunal Femi Kuti en el saxo llevan a “Arabasque” a un punto mágico, tal vez el momento más alto del álbum.
Sobre una base rítmica de jazz que demanda intérprete, la canción crece y crece, algo que Paul Dugdale en la dirección de la transmisión, maneja magistralmente hasta que el tema explota cuando el sol sale definitivamente.
“When I need a friend” cierra la primera parte antes de que los chicos se vayan a celebrar que en apenas dos horas, el album ya es número uno de descargas en iTunes en 54 países, según publicó el grupo en su cuenta de Twitter.
La segunda parte continúa a las (14.00 GMT). En ese momento México se está levantando y en Japón ya se han metido en la cama. Youtube marca 79 millones de “me gusta”.
La reanudación comienza con el blusero “Guns”, un tema sensible al que el sol que comienza a difuminarse en el atardecer pone ambiente antes de llegar a otro de los momentos inequívocamente guardados por el grupo: “Orphans”.
El tema fue uno de los que adelantó el grupo como sencillo, una historia dura de la guerra de Siria convertido en un jovial himno juvenil, en el que hoy Coldplay se hizo acompañar de jóvenes saltando y cantándole a la vida.
El grupo había pedido hace semanas a sus seguidores que se grabaran cantando el estribillo y mandarán el vídeo al grupo. Hoy los más afortunados aparecieron en un televisor que proyectaba un mosaíco de caras.
“EKO” cambia el registro del álbum y le ofrece un tono melódico que devuelve al oyente a la intimidad inicial. “Cry, cry, cry” y “Old Friends” siguen la secuencia acústica.
Cuando el sol se empieza a perder bajo la línea del horizonte que marcan los edificios, Chris Martin puntea en el piano “Persona” una canción que lleva el título en árabe en los créditos y en el que de nuevo Norah Shaqur hace presencia.
Luego llega “Champion of the world”, donde el grupo se acompaña esta vez de un ensamble de cuerda que prácticamente acaba el disco.
“Desde cualquier lugar del mundo esperamos que hayáis tenido una gran noche o un gran día”, dice el cantante de “Coldplay” antes de comenzar los compases de la dulce “Everyday life”. El grupo descarga lo que les queda en la última canción y la transmisión se cierra.
EFE.