El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que hay “dinero en la caja” y rechazó que requieran préstamos para enfrentar la crisis por la emergencia sanitaria por el coronavirus. En este contexto confirmó que la ley no permite que el Banco de México (Banxico) adelante un año la compensación por la depreciación del peso a fin de que se destine al pago de la deuda.
“No hay ninguna posibilidad porque no lo permite la norma”, subrayó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina de este viernes en donde reiteró que respeta la autonomía de la entidad financiera.
“Nosotros lo que estamos sugiriendo al Banco de México es que se mantenga su autonomía, que ellos decidan de manera libre, soberana, que nos importa mucho el que no haya inflación, por eso decidimos bajar el precio de las gasolinas”, aseveró López Obrador.
Lo anterior luego de la reunión que sostuvo el pasado jueves con el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, en la que le solicitó adelantar los remanentes por la depreciación del peso.
“Fue una reunión muy cordial, nosotros afortunadamente por el combate a la corrupción y por el plan de austeridad tenemos finanzas públicas sanas, hay dinero en caja para decirlo de manera sencilla y entendible, coloquial, no tenemos afortunadamente necesidad de pedir créditos”, afirmó el mandatario.
Aseguró que pese a la crisis económica que se vive no ha disminuido la recaudación e incluso, dijo, se tiene un incremento de cinco por ciento con relación al año pasado.
“La conversación con el gobernador del banco de México fue en términos muy amistosos, si vemos lo del fondo que se puede entregar al gobierno en abril del año próximo por la depreciación del peso, eso está normado, está en la ley, y existe todo un procedimiento que le explico, lo cual implica que esos fondos, en el caso de que nos corresponda Se entregarían en abril del año próximo”, precisó.
Sostuvo que, aunque México tiene líneas de crédito abiertas, no las utilizará porque cumplirá su promesa de campaña de no endeudar al país y convertir las deudas privadas en deudas públicas como ocurrió con el Fobaproa.
Por Milenio