El Presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra entre los líderes mundiales que han aumentado sus niveles de aceptación por el manejo de la crisis por el nuevo coronavirus SARS-Co-V-2, dice la influyente revista británica The Economist. La publicación suele maltratar al líder mexicano. Ahora lo mete en el paquete de los que han hecho crecer su liderazgo.
También dice que la gente en el mundo no necesariamente se está uniendo a sus gobiernos; más bien ha acrecentado sus vínculos a las personas, los líderes.
De acuerdo con Oraculus, el sitio que pondera las encuestas presidenciales, López Obrador se encuentra en 66 por ciento de aprobación, un rebote importante; el rechazo es de apenas 29 por ciento. La semana pasada, el 4 de mayo, El Financiero reportó que el índice de aprobación de AMLO sufrió un repunte de ocho puntos, pasando de 60 a 68 por ciento en el periodo comprendido entre marzo y abril.
Consulta Mitofsky, que realiza Roy Campos para El Economista, dice por su parte que AMLO está abajo de los 50 puntos de aceptación: le da 49.5 por ciento, entre 16 y 18 puntos menos de lo que manejan The Economist, El Financiero y Oraculus. En el pasado, en tiempos electorales, la encuestadora Mitofsky se ha equivocado con más de 20 puntos porcentuales cuando mide a López Obrador, siempre en su contra. Roy Campos ha sido durante largo tiempo encuestadora oficial de Televisa.
The Economist cuenta que muchos regímenes han sido derrocados por una plaga. “Pero hasta ahora, COVID-19 está teniendo el efecto contrario. La mayoría de los líderes han visto aumentar sus índices de aprobación, incluso cuando la enfermedad ha matado al menos a 250 mil personas. Morning Consult, un encuestador, descubrió que un grupo de diez políticos ha disfrutado de una ganancia promedio de nueve puntos porcentuales desde que la Organización Mundial de la Salud decretó una pandemia el 11 de marzo. El sentimiento se ha sentido ampliamente en Australia y Canadá, India y Alemania”.
Dice que los académicos llaman a este patrón el efecto “rally-round-the-flag”. A menudo, agrega, “ha beneficiado a los presidentes estadounidenses durante las crisis internacionales. Los estudios han encontrado que el patriotismo quirúrgico y la oposición mansa contribuyen”.
“Sin embargo, no todas las catástrofes son una bendición. La respuesta deslucida de George W. Bush al huracán Katrina en 2005 perjudicó sus calificaciones. La caída de Tony Blair después de que los islamistas bombardearan Londres en 2005, al igual que la de François Hollande después de los ataques de París en 2015. Quizás los votantes sintieron que no habían logrado controlar bien el terrorismo interno, mientras que los estadounidenses vieron los ataques en 2001 como un acto de guerra”, agrega la revista con sede en Londres.
“Hoy –sostiene la publicación–, los votantes se han reunido alrededor de los líderes que tomaron en serio la COVID-19. Los mayores rebotes se encuentran en Australia, Canadá y Alemania, donde las tasas de mortalidad han sido bajas entre los países occidentales ricos. A pesar del brote de Francia, un solemne Emmanuel Macron ha ganado algo de crédito. Los británicos se pusieron detrás de Boris Johnson al principio. Una caída reciente puede reflejar los temores de que un cierre tardío provocó miles de muertes adicionales”, expresa.
Los cuatro líderes a los que menos les ha ido bien son acusados de ineptitud, dice. “La respuesta de Japón al brote se compara con la mayoría de los países, pero no con sus vecinos asiáticos. Los presidentes de Estados Unidos, México y Brasil han sugerido que los temores sobre COVID-19 son exagerados. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Donald Trump solo han visto rebotes modestos. Jair Bolsonaro ha perdido nueve puntos”, agrega The Economist.
“Los efectos para los partidos gobernantes han sido menores. El CDU/CSU de Angela Merkel ha aumentado en diez puntos, con otros en cifras únicas, lo que sugiere que los votantes se están uniendo a los líderes, no a los gobiernos. La historia también muestra que los aumentos patrióticos son breves y las recesiones son costosas en las encuestas”, dice.
Trump es el único líder de los diez que enfrentará una votación pronto, recuerda.
A pesar de 70 mil muertes, pocos estadounidenses han cambiado sus opiniones sobre él todavía, pero no puede darse el lujo de perder muchos partidarios antes de noviembre.
Por Sin Embargo