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Tintes mexicas ancestrales

Jorge Ramírez Pardo

El choque cultural brutal durante de los primeros años de la conquista del México antiguo no invalidó la transferencia de flora, fauna y sus derivados del Nuevo Mundo a Europa y viceversa.

El descubrimiento de ciertos tintes mexicanos como el añil, el achiote, la cochinilla y el palo de Campeche fueron generadores de riqueza. A ello y temas colaterales se referirá este texto.

Si bien los indios caribes descubrieron que la mezcla de papa morada o camote con el jugo ácido de la lima daba una gama de colores entre el rosa y el negro, le ciencia de los tintes se dio de manera subrayada en el altiplano del actual territorio mexicano de dominio mexica. Desde antes de la llegada de españoles el imperio asentado en el Valle de Anáhuac ya era proveedor de tintes para todos los pueblos bajo su influencia cultural extendida hasta los dominios mayas e incas.

La producción y exportación de tintes mexicanos a América y el resto del mundo predominó hasta el siglo XX cuando Alemania descubrió colorantes artificiales e hicieron su aparición las anilinas.

Hasta el presente, en México y Centroamérica subsiste el predominio de colorantes naturales para dar color a los sarapes, huipiles, otras indumentarias, tejidos y textiles producidos en contextos indígenas.

Significados

En la cultura mexica, igual que en otras civilizaciones, la producción de tinturas tiene relación con simbolismos.  Los colores confirieron distintos significados. Para ellos, los colores guardaban una importante asociación con los dioses.

Además, los ejes cardinales tenían un color y significado:

  • El rojo simbolizaba al este, a Tezcatiploca, y significaba: resurrección, fertilidad, juventud y luz.
  • El negro simbolizaba al norte, Tezcatlipoca, noche, oscuridad, frío, sequía y muerte.
  • El blanco al oeste, a Quetzalcóatl, al nacimiento y decadencia, misterio del origen y del fin, antigüedad y enfermedad.
  •  El azul, por su parte, al sur, Hutizilopochtli, luz, calor y fuego, clima tropical.

Los colores fueron imprescindibles, y su elaboración estuvo vinculado a la naturaleza. Los hombres extraían las tonalidades de plantas e insectos, en procesos artesanales sofisticadísimos que aún hoy se conservan en zonas como en Teotitlán del Valle, Oaxaca (lugar famoso por la extraordinaria elaboración artística de sus tapetes, de diseños complejos y singulares).

Añil o tlacehuilli

Se trata de un azul intenso y luminoso también denominado azul índigo (en relación a las Indias); extraído macerando en agua los tallos y las hojas del arbusto Indigofera suffructicosa. Tiene el tlacehuilli la fama de ser el pigmento azul más fino que procede del continente americano, y es semejante al añil del Viejo Mundo.

Por los descubrimientos de textiles en una cueva en Chiapas y al encontrar este color en diferentes códices, vasijas y murales mayas, de Cacaxtla, Zaachila, Tula y hasta en el Templo Mayor, no hay duda de que el añil se produce en México y Centro América desde tiempos prehispánicos. Además, su uso es mencionado en diferentes crónicas coloniales, resaltando los códices sagrados de los mayas (Chilam Balam), en donde se describen sus propiedades como tinte y medicinal.

Al añil se le conoce también en Michoacán como xiquilite por derivación del náhuatl tzitzupu; en maya como “ch’oh” que significa azul turquesa. Durante la época colonial, disminuyó la producción de añil porque competía en Europa con un color similar producido en Holanda.  Aún se cultiva y se produce en el país el azul añil en La Huacana (Michoacán) y en Santiago Niltepec (Oaxaca), de este último lugar se abastece el índigo a Teotitlán del Valle, también en Oaxaca, donde se elaboran sus famosos tapetes.

Grana cochinilla

Se trata del insecto-parásito del nopal. Se deseca el cuerpo de la cochinilla hembra y se obtiene el ácido cármico (colorante rojo o carmín). Su nombre más común es “grana” y de él se obtiene el tono rojo más intenso; con la lana traída por los españoles su uso creció potencialmente, pues su capacidad para adherirse a ella. Hoy, aún se cultiva en Santa Ana del Valle y en Teotitlán del Valle, Oaxaca, por ejemplo; de un kilo de grana es posible extraer hasta 5 litros de colorante rojo cadmio.

Achiote

Procede de la semilla color rojo amarillento del árbol achiote. La semilla se muele o se remoja en agua caliente, aunque en tiempos prehispánicos se echaba en agua moderadamente fría para conseguir un color escarlata. Luego se forman pastillas. Los granos maduros se arrojaban en agua caliente, y cuando se asentaba la cocción se forma una pasta. Del pigmento del achiote se consiguen tonos rojizos y rojizos amarillentos. Se ocupa para colorear pieles, lada seda, algodón, lacas, plumas, hueso, marfil, quesos y mantequilla.

Los mexicas lo empleaban para pintar sus cuerpos, telas, plumas, lacas, paredes y casas

El achiote también es un apreciado condimento de la comida yucateca, por el sabor y color que da a los alimentos, además de sus propiedades digestivas.

Palo de Campeche

Este árbol de la familia de las leguminosas, fue apreciadísimo por los mayas con el nombre ek´. De su tronco mezclado con sulfato de hierro, se extraía un color rojo-tinto elegantísimo.

Con este producto, las industrias textiles de la Nueva España y de Europa empezaron a obtener tinturas para la lana en colores como el negro y el azul, mientras que para la seda y el algodón se elaboraba básicamente el negro. Al unirlo a otros químicos se podían teñir telas en colores tales como el amarillo rojizo, el amarillo vivo, el violeta o el rojo oscuro o morado.

En la época de la conquista, fue tan preciado que provocó el asedio de piratas ávidos por lucrar con su tráfico a Europa y otros lugares.

Otras pantas para tintes

1 Xochipal.- Esta flor produce un amarillo fino; también de ella pueden sustraerse rojos o anaranjadas. La flor se cuece en agua con nitro, se exprime y se cuela.

2 Flores de la Commelina o matlalxóchitl.- De ellas se extrae un tono azul cielo metálico.

3 Muicle o mohuitli.- Es un arbusto que da flores rojas; de este se extrae un azul para teñir telas, muy usado en Oaxaca.

4 El zacatlascal.-  Planta parásita trepadora, muy similar al zacate. De ella se extrae amarillo y rojizo.

5 El heno o musgo cuapascle.- Este se forma en el árbol quappachtli. De ahí se extrae un color amarillento oscuro. Cuando se le agrega un barro llamado palli, surge un color leonado, semejante al café.

Retorno a colorantes naturales

Existe un auge de los productos orgánicos, en particular por los colorantes naturales, para su aplicación en la industria textil, alimentaria y cosmetológica, debido a que se consideran más saludables y menos dañinos para el ambiente.

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