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OpiniónPORTADA

Mesa Revuelta / Ricardo Monreal en SLP

Javier Padrón

Sin previo aviso público para no atraer a la ruidosa disidencia, el senador Ricardo Monreal vino este sábado en su faceta de docente de la UNAM a presentar un libro de controversias en materia electoral, pero también expidió un certificado a la doctora Mónica Rangel de legítima representante de MORENA y del Presidente AMLO en la entidad.

No acepten imitaciones verdes, fue el mensaje lanzado por Monreal (y que repitió este lunes Juan Ramiro Robledo), para que Ricardo “El Pollo” Gallardo no sea visto como el otro candidato de la 4T a la gubernatura, además de que el PVEM es su aliado en las diputaciones federales y no lo trató con cortesía. Horas después, ya por la noche, comenzaría a circular en las redes sociales la edición de la revista Proceso (2321) con el reportaje de Verónica Espinosa en el que Monreal es desnudado como el Amo y Señor de Zacatecas, un feudo familiar como si aún estuviéramos en el viejo régimen: su hermano David, el agarra traseros, será por fin el próximo gobernador después de tres intentos.

Está a la vista que Monreal, con el aval de AMLO y Mario Delgado, ha extendido su cacicazgo político a San Luis Potosí a través de Morena, es el principal responsable del divisionismo del partido: primero impulsó la coalición con el PVEM de Ricardo Gallardo  y luego maquinó su caída; pactó con el gobernador Carreras y vinieron las candidaturas de Rangel y Nava; también se le endosa la curul federal regalada a Pedro “El Mijis” Carrizales, de ruco chavo banda a indígena impostado, uno de los peores diputados de la legislatura estatal por flojo y faltista.

En el reparto compensatorio de candidaturas a diputaciones federales y locales, Monreal excluyó al magnate Adrián Esper y a la sindicalista Francisca Reséndiz que representaban activos de la 4T; se decantó por el sobrino del gobernador Carreras, José Antonio Lorca, al que le dio una diputación plurinominal por derecho de sangre, y por algunas maltrechas figuras del pasado del PRI y PRD que habilitó como operadores políticos de la doctora Rangel, principalmente en la Huasteca, zona que sería la determinante en el resultado electoral de acuerdo a las predicciones morenistas, la capital la ven perdida, es un bastión derechista.

Aunque lo nieguen Monreal y Robledo, MORENA tiene un amorío con el PVEM gallardista, son aliados: el candidato al 1º  distrito federal, Alejandro Segovia, es postulado por MORENA, PVEM y PT;  al igual que por el III distrito, Kevin Aguilar; en el IV distrito, Antolín Guerrero Márquez; en V distrito, Marcela González; en el VI, el exalcalde soledense Gilberto Hernández; y en el VII, Christian Sánchez. La gallardía le ayudará a la 4T a tratar de conservar la mayoría de la Cámara de Diputados, el principal temor de la oposición unificada.

Tampoco es un secreto que Monreal tiene además su propio partido con línea masónica: Fuerza por México, que dirige, es un decir, Pedro Haces Barba, y que aquí postuló como candidato a gobernador al priista Juan Carlos Machinena, cuadro del horaciato y  que en las encuestas se disputa el último lugar.

VOTO DIVIDIDO EN SAN JUAN DE GUADALUPE

La mayoría de los comuneros de San Juan de Guadalupe  —con derechos reconocidos pasan de los trescientos— que han decidido desde hace tiempo vender sus tierras y no quieren postergar más tiempo la operación, han dividido su voto entre los dos candidatos punteros a la alcaldía, Enrique Galindo y Xavier Nava.

Esta división también se expresa en el respaldo de los proyectos empresariales del negocio multimillonario de las 2068 hectáreas de las faldas de la Sierra de San Miguelito: a Galindo, de la coalición Sí por San Luis Potosí, lo respalda Carlos López; y a Nava, de Morena, Alejandro Tamayo. Ambos empresarios han sido aliados y adversarios según soplan los vientos y las coyunturas políticas.

El sábado Xavier Nava fue recibido a la intemperie por los vecinos de Tierra Blanca, comunidad de San Juan de Guadalupe, hubo cohetes, promesas de mejores servicios municipales, brigadistas de Morena con sus chalecos inconfundibles, partido en el gobierno federal al que consideran enemigo de sus intereses económicos por la declaratoria de Área Natural Protegida de sus tierras y que está próxima a decretarse.

El domingo estuvo Galindo, realizó tareas de limpieza en La Cañada de Lobo con sus brigadistas. Los comuneros le dieron un trato especial, sostuvo una reunión con los líderes del comisariado en el salón de las asambleas, símbolo del poder comunal; y hubo un acuerdo no publicitado, el compromiso de propiciar las condiciones para urbanizar las 2068 hectáreas. “Nava no pudo ni podrá, no ganará las elecciones”, se escuchó en voz baja entre los asistentes.

Galindo le ganó la partida a Nava en San Juan de Guadalupe. El priista pactó con los dirigentes comunales y Carlos López; mientras Tamayo, que tiene el 49 por ciento de las acciones del tambaleante proyecto de Las Cañadas, tiene el compromiso del alcalde con licencia de segregar 500 hectáreas, la mitad de las previstas en ese hipotético fraccionamiento de ensueño. “El Chato”, como es su costumbre, va por todo, no por menudencias.

Hay un tercer grupo de comuneros, de unos 60, por ser minoría se les menosprecia, no quieren vender sus tierras o al menos en el precio ofertado que les resulta un robo. No los convence ninguno de los empresarios, tampoco los candidatos a la alcaldía ni a la gubernatura, a todos los ven por igual, este pesimismo equivaldría al voto nulo.

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