Entre los llamados superalimentos que se están poniendo de moda últimamente destacan las bayas de açai. Los frutos de la palmera Euterpe oleracea, procedentes esencialmente de la Amazonia, se pueden consumir de formas bastante atractivas, y son valorados por muchos dadas todas las propiedades que se les atribibuyen.
De similar aspecto a los arándanos, estas pequeñas bayas de color morado oscuro tienen un delicioso sabor dulce que mezcla el de los frutos del bosque como las frambuesas y el chocolate. De ellas se consume el 10 % que constituye la pulpa, ya que el resto del fruto es semilla. La etimología del nombre açai procede de un término nativo de la cultura Tupi que significa «fruta que llora». Puede que dicho nombre se deba a que la fruta rezuma su propio jugo, aunque hay diversas leyendas al respecto, como la que dice que se trata de una fruta cuyo origen son las lágrimas.
Podemos encontrar esta planta en países de Sudamérica como Brasil, Trinidad y Tobago, Surinam, Guayana Francesa, Perú, Colombia y Venezuela, donde se consume de forma tradicional. No osbtante, Brasil produce en torno al 85 % de la oferta mundial de açai, lo que vienen siendo 1,25 toneladas al año. Algunas de sus propiedades más destacadas y apreciadas son las que comentamos a continuación.
Muy ricas en antioxidantes, eficaces contra el envejecimiento
Las bayas de açai se caracterizan por todos los antioxidantes que contienen. Esto las convierte en un importante aliado para frenar el envejecimiento celular, y también puede ayudar en cierto modo a prevenir la conversión de células en cancerígenas al evitar daños en el ADN celular. Un estudio de la Universidad de Sao Paulo publicado en 2016 corroboró estos efectos por parte del açai y su aporte de antioxidantes y antiinflamatorios.
Mejoran la salud cardiovascular
La fibra dietética, grasas monoinsaturadas y fitoesteroles presentes en las bayas de açai contribuye a mantener una buena salud cardiovascular. Mejoran la circulación de la sangre y retrasan la aparición de enfermedades cardiovasculares e isquémicas, algo en lo que también intervienen los ya mencionados antioxidantes. Por otro lado, se trata de un alimento de bajo índice glucémico, lo que lo vuelve recomendable para personas diabéticas.
Suponen un gran aporte de energía
Sus índices de hidratos de carbono, proteínas y grasas (cardiosaludables como el ácido oleico) suponen un aporte más que interesante de energía y también aumentan la resistencia. Por eso mismo las bayas de açai, así como por su porte de fibra, son un alimento recurrente en dietas de deportistas o personas que realizan grandes esfuerzos al dotarlas de gran vitalidad. Además, también ayudan a descansar más y mejor gracias a su alto contenido en vitamina B, la encargada de que nuestro cuerpo genere una mayor cantidad de serotonina y dopamina.
Ayudan a reforzar el sistema inmunológico
El ácido elágico que contienen estos pequeños frutos, como recogió en su día International Journal of Sports Medicine, ayuda a combatir bacterias y virus. De esta forma, las bayas de açai contribuyen a reforzar nuestras defensas ante amenazas externas. Del mismo modo, parece que la salud y fortaleza de los huesos y dientes también se ve reforzada por el consumo de este alimento.
Cómo consumir las bayas de açai
La forma más popular y extendida de tomar las bayas de açai, especialmente ahora que su consumo se ha extendido por el mundo, es en un «açai bowl». Este formato sirve en un cuenco los pequeños frutos enteros o triturados acompañados de otras frutas como fresas o frambuesas, así como de yogur y cereales. Un desayuno, merienda o cena de lo más completo y nutritivo. También se puede encontrar en forma de helado. No obstante, hay que tener cuidado con las dietas milagro basadas únicamente en este tipo de productos, pues suelen ser contraproducentes y a menudo tratarse de estafas.
Otras maneras de consumir estos frutos son como aceite, como aliño de ensaladas; o en polvo, que se puede incorporar a batidos, helados o yogures. Sin embargo, los locales brasileños están habituados a incluir el açai en forma de salsa, aderezo o acompañamiento de muchos de sus platos, ya sean dulces o salados. De hecho, también se toma en un bocadillo con algo de azúcar junto con harina de tapioca o de yuca.
Con información de Agrónoma