“¿Cómo puede ser posible que un “asesor” del Congreso del Estado de San Luis Potosí, por el hecho de manejarle las redes sociales a una diputada pueda ganar más que enfermeros, pediatras y doctores del Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto”, cuestionó el vocero de la organización Ciudadanos Observando, José Guadalupe González.
Dijo que es lamentable la descomposición social que se vive al interior del Congreso del Estado de San Luis Potosí, donde se permite que exista gente como José Daniel Meléndez Delgado que recibe mensualmente 24 mil pesos y dicho por la propia diputada plurinominal Gabriela Martínez Lárraga ‘está contratado para manejarle sus redes sociales’.
Expuso que como ya lo señaló hace tiempo, en días de diversos eventos oficiales de la diputada, esta persona fue detectada trabajando con José Luis Romero Calzada (esposo de la diputada) grabando sus eventos partidistas o de sus negocios particulares, “este es un acto reprobable, que muestra el descarado abuso”.
El activista manifestó que revisando los pagos por honorarios del personal del Hospital Central que realmente ofrecen un servicio a los potosinos, existen enfermeras, doctores y pediatras que perciben apenas entre 12 y 24 mil pesos mensuales, mientras que en el Congreso, por manejarle las redes sociales y hasta subir “memes” a una diputada, se permita que se le paguen 24 mil pesos, “es realmente necesario para la sociedad? ¿Por qué se permite este abuso en el Congreso Estatal?”.
“Hacemos un llamado urgente a los legisladores que integran la Junta de Coordinación Política para detener estos abusos, se implemente una reglamentación adecuada y un adecuado manejo del dinero destinado al pago del personal por hononarios porque al parecer existen diputados que piensan que ese dinero es para manejarse a su gusto y no rendir cuentas a la ciudadanía de estas incorrectas acciones”, sentenció.
Reprobó que mientras el Congreso del Estado gasta mensualmente 3 millones de pesos en personal por honorarios, el Hospital Central destina 2 millones 545 mil 472 pesos, “no cabe duda, que algo está verdaderamente mal”.