McDonald’s inició un proceso para vender todos sus restaurantes en Rusia, saliendo del país después de más de 30 años tras su invasión de Ucrania; la firma prevé registrar un impacto no monetario de entre mil 200 y mil 400 millones de dólares tras la venta.
La mayor cadena de comida rápida del mundo había decidido en marzo cerrar sus 847 restaurantes en Rusia, asumiendo un golpe de 50 millones de dólares al mes.
La decisión de vender sus activos en Rusia, incluido el emblemático local de la plaza Pushkin en el centro de Moscú, supone una importante retirada de una marca occidental emblemática.
La tienda, que en su día fue un símbolo del floreciente capitalismo estadounidense en los últimos rescoldos de la Unión Soviética, fue la primera que se abrió en el país en 1990. Más de 5 mil personas asistieron a la inauguración.
McDonald’s ha declarado que está estudiando la posibilidad de vender todos sus restaurantes en Rusia a un comprador local, pero que seguirá conservando la marca.
“La crisis humanitaria causada por la guerra en Ucrania y el precipitado e imprevisible entorno operativo, han llevado a McDonald’s a la conclusión de que la continuidad del negocio en Rusia ya no es sostenible”, dijo McDonald’s.
Muchas otras empresas occidentales han acordado vender sus activos rusos o cederlos a gestores locales en su lucha por cumplir las sanciones por el conflicto de Ucrania y hacer frente a las amenazas del Kremlin de confiscar los activos de propiedad extranjera.
La empresa dijo que se aseguraría de que sus 62 mil empleados en Rusia siguieran cobrando hasta el cierre de cualquier transacción y que tuvieran puestos de trabajo en el futuro con cualquier posible comprador.
Con información de Milenio