Mientras los bomberos buscan desaparecidos bajo el lodo, vecinos de Vila dos Milagres, un barrio pobre de la ciudad brasileña de Recife, apenas pueden pegar el ojo: temen nuevos deslizamientos como los que ya dejaron 120 muertos en esa región los últimos días, según el balance oficial que sigue creciendo.
“Tenemos niños, tenemos todas nuestras cosas dentro de casa. Nos quedamos despiertos hasta la madrugada, con miedo a que el cerro se caiga encima”, dijo este miércoles a la AFP Claudia do Rosario, parada en la puerta de su humilde vivienda de techo de chapa y paredes color rosa invadidas por la humedad.
A pocas calles de allí, las lluvias torrenciales del pasado fin de semana provocaron deslizamientos de tierra que arrasaron todo a su paso y sepultaron varias casas.
La tarde del miércoles, las autoridades locales elevaron a 120 el número de muertos, tras el hallazgo de cinco cuerpos y de confirmar la relación de otros nueve con los temporales.
La cifra de desalojados, en tanto, trepó a siete mil 312.
Si vuelve a llover intensamente, como prevé el Instituto Nacional de Meteorología para las próximas horas, Claudia do Rosario teme que su casa también quede bajo el barro.
Los vecinos afectados “llamaron a la Defensa Civil muchas veces y nunca vinieron. Solo vinieron después de que ocurrieran las muertes. ¿Están esperando a que ocurra lo mismo aquí para venir?”, se queja esta mujer de 43 años que está desempleada.
La comerciante María Lúcia da Silva, de 37, también se muestra preocupada.
“Siempre que llueve, el cerro cede un poco… estamos todos muy aprensivos aquí. Llamamos a las autoridades pero hasta ahora no nos han dado una solución, dicen que la prioridad está en la parte del barrio que fue más afectada”, sostiene Silva.
Allí, donde ocurrieron los deslizamientos, bomberos, limpiadores y otros funcionarios trabajaban este miércoles en busca de personas que permanecían desaparecidas, constató un videasta de la AFP.
La alcaldía de Recife (capital de Pernambuco, noreste de Brasil) afirma que abrió líneas telefónicas y de WhatsApp para que los vecinos reporten incidentes y que este miércoles estuvo presente en el barrio con más de 200 funcionarios de “limpieza, asistencia social, defensa civil y salud”, además de haber montado un refugio en Vila dos Milagres para dar asistencia médica, ropa y artículos de primera necesidad a los afectados.
Entre la noche del viernes y la mañana del sábado, el volumen de agua alcanzó el 70 por ciento de lo esperado para todo el mes de mayo en algunos puntos de la capital regional.
Las imágenes de Recife evocan el drama ocurrido en febrero en Petrópolis, en el estado de Rio de Janeiro (sureste), donde murieron 233 personas tras lluvias torrenciales y deslaves.
Los expertos atribuyen este tipo de tragedias a una combinación de fuertes lluvias -exacerbadas por el cambio climático- y a la construcción de grandes barriadas con viviendas precarias en escarpadas zonas de riesgo.
Con información de: La Jornada