Inclusión, educación y salud son las tres áreas que evaluó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) para seleccionar a las ciudades con la mejor calidad de vida y en esa lista resultó que San Luis Potosí se ubica en el segundo lugar.
Se evaluaron 66 ciudades y resulta hasta halagador que la capital potosina se haya ubicado en ese sitio, tan sólo superado por la blanca Mérida, que lleva varios años, ubicándose en un primerísimo lugar.
Entre los aspectos que se evaluaron destacan igualdad salarial, oferta médica, rendimiento académico, servicios de salud y condiciones económicas, lo que se supone hace a las ciudades más atractivas para las inversiones y para el talento humano.
De acuerdo a esta medición del IMCO, “San Luis Potosí cuenta con buen grado de escolaridad y la brecha de género laboral es reducida, además de que hay pocas personas por debajo de la línea del bienestar y baja mortalidad infantil”.
Sin embargo, este Índice de Competitividad Urbana 2022 podría ser algo engañoso. A los políticos les encanta subirse al tren del optimismo y presumir sólo a conveniencia, lo cual es entendible cuando de ganar electores se trata.
Pero no hay que olvidar, el contexto específico en el que esos resultados se arrojan. Es cierto que los buenos y malos resultados, es trabajo conjunto entre los tres órdenes de gobierno, por lo que tanto el trofeo como las culpas, deben repartirse entre los tres: federación, gobierno estatal y municipal o separarse y reconocerse en cada ámbito.
Pero hay otras cifras para no olvidar: De acuerdo a la última medición disponible (del 2020) el porcentaje de pobreza en San Luis Potosí es 1.5 puntos porcentuales mayor que el porcentaje nacional (41.9 por ciento). Apenas en marzo pasado, la ciudad de San Luis Potosí fue incluida en el “Ranking 2022 de las 50 ciudades más violentas del mundo” por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal. La ciudad ocupó el lugar 50 tras registrar una tasa de 29.06 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Y a nivel estatal también hay otros indicadores que urge atenderse: hace algunos meses se dio cuenta del sexto lugar en índice de abuso infantil, primer lugar en violencia política a nivel nacional y que somos el lugar 14 a nacional en violencia familiar, sólo por mencionar algunas cifras que retratan esa otra realidad.
Por Lidia Juache