Sentada frente a la computadora, vistiendo la playera impresa con la fotografía de sus hijos desaparecidos, la fundadora del colectivo de búsqueda de personas desaparecidas Madres Buscadoras de Sonora, Ceci Flores clamó frenar amenazas y tortura psicológica en su contra.
En dos videomensajes publicados en sus redes sociales, la mujer que desde 2015 se ha convertido en estandarte de la búsqueda de personas desaparecidas en el país, denunció que ha recibido llamadas, videos y fotografías explícitas sobre tortura y violencia, para advertirle que van a matarla.
“Esto que estoy haciendo es para dar a conocer que lamentablemente sigo siendo amenazada estoy siendo torturada psicológicamente por personas que no sé, desconozco quiénes sean.(…) cada vez han sido más fuertes, cada vez tengo más miedo (…) me mandan fotografías de personas descuartizadas, de personas torturadas y me dicen que así puedo terminar yo”.
Frente a la cámara, con el cabello recogido, en una habitación blanca, habló de su miedo al tiempo que dijo no tener apoyo de las autoridades para atender la desaparición de sus hijos Marcos (2015) y Alejandro (2019), por lo que el miedo es constante, y ha crecido en las últimas semanas.
Ceci Flores, la mujer que hace unas semanas fue avisada a través de estos mismos mensajes que podría encontrar a su hijo Marco Antonio en Bahía de Kino, y resultó falso, afirmó que su mayor temor es que se cumplan las amenazas para acabar con su búsqueda y la paz de volver a ver a sus hijos.
“También tengo miedo a salir corriendo y dejar de buscar a mis hijos, porque mis hijos, la única oportunidad la única oportunidad que tienen de volver a casa es que yo los siga buscando,(…) tengo mucho miedo de que me quiten la vida, de que me hagan daño y que mis hijos dejen de ser buscados porque no tengo el apoyo por parte de las autoridades”.
Al iniciar los videos, Ceci Flores clavó en el mensaje virtual el cuestionamiento sobre el odio contra ella y las otras madres buscadoras que solo quieren volver a saber de sus hijas e hijos de quienes abogó por su derecho a la vida, por su derecho a ser buscados y encontrados, como pasaría con los perpetradores si estuvieran del otro lado.
“Son humanos, tienen derechos, el derecho de ser buscados; y yo como su madre tengo que hacer valer ese derecho, porque los amo, porque los necesito en casa, porque necesito recuperar ese vacío que dejaron con su ausencia, entonces ¿qué daño les puede hacer una madre?”.
Buscando a Marco Antonio y a Alejandro ha ayudado a otras personas a reencontrarse, aunque ella forma parte aún de las más de 110 mil personas en México que aún no ve volver a la mesa a sus familiares, o de las 52 mil que tienen esperanza de que la coincidencia genética los vuelva a reunir, o que una llamada sea la definitiva para el hallazgo.
“Por favor les suplico que nos ayuden a buscar y encontrar a nuestros desaparecidos, que no nos amenacen, que no nos desaparezcan, y que no nos maten a las madres buscadoras”.
Hasta el momento ninguna autoridad, ni de Sonora o de la República, se ha pronunciado por estos reclamos de seguridad y protección.
Con información de: Aristegui Noticias