Marcela Loyola
La directora operativa de la asociación civil “Juntos una experiencia compartida”, Alejandra García reveló que las mujeres con discapacidad son vulneradas de sus derechos doble o de triple forma, debido a que desconocen sus derechos y no pueden acceder a ellos porque en sus familias las ven tan débiles que a veces ni siquiera las mandan a la escuela.
Esto lo declaró en el marco del Foro “Poderosa 2019”, el cual estuvo enfocado en las mujeres con discapacidad con el objetivo de visibilizar a este sector de la población, el gran reto de que este sector de la población salga de sus casas, de visibilizar sus problemáticas y volverse personas independientes, y para eso es necesario que apoyarlas.
Añadió que es importante que los tomadores de decisiones y las autoridades ayuden, primero, para modificar Ley de Inclusión de Personas con Discapacidad para que tenga perspectiva de género, “creemos que en el momento que hacemos este tipo de acciones desde las modificaciones las leyes comienza a generar impactos”.
Alejandra García expuso que las mujeres con discapacidad tienen mucho que decir y por eso en el foro siete mujeres compartieron sus historias, las cuales sensibilizan a la sociedad para empezar a tomar acciones.
“Hay muchas más mujeres con discapacidad que no están siendo visibilizadas, que seguramente están siendo violentadas y que algunas de ellas o muchas de ellas ni siquiera saben que eso no debe de suceder, por eso tenemos que hacerlo más visible y se pueden acercar a nosotros para mejorar su vida”.
Indicó que el año pasado se hizo un diagnostico a 201 mujeres con discapacidad, a quienes les preguntaron sobre los retos y lo primero que se reveló fue la creencia de que por ser mujeres son más débiles, “y al ser más débiles o más vulnerables entonces lo que hacen es quedarse en los espacios privados, no salen, su participación es menor en la sociedad, y se pierden de todos estos derechos de la educación, el trabajo, incluso de los derechos sociales a convivir con otras personas”.
Cuando las mujeres con discapacidad no se escuchan, no participan, “de ahí vienen en cascadas muchas más problemáticas hasta llegar a asuntos relevantes como el tema del abuso sexual, en el diagnóstico el 20 por ciento de las mujeres dijeron haber vivido una experiencia de abuso sexual pero no todas lo dicen porque no tienen la confianza”.
Reconoció que unos de los miedos más grandes de las familias es que va pasar cuando no ya no estén para proteger a sus mujeres con discapacidad y por eso es necesario que las preparen para la vida, dotarlas de la toma de decisiones.