Tras la muerte del gran artista mexicano, Francisco Toledo, decenas de oaxaqueños se reunieron la noche de este jueves en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) para rendir un homenaje al activista social.
A partir de las 11:30 de la noche, los seguidores del maestro se dieron cita en dicho espacio, el cual fue inaugurado por el artista plástico, a petición de la familia quien ha pedido respeto a su intimidad.
“La familia Toledo comunica con profunda tristeza que el maestro Francisco Toledo ha fallecido. Pedimos respetar nuestro dolor, y la manera en que nuestro padre manejó su intimidad”, informó la hija del activista, la poeta Natalia Toledo.
Debido a lo anterior, decenas de ciudadanos arribaron -entre llanto- al lugar para depositar ofrendas florales y veladoras.
En el centro del IAGO -ubicado frente al complejo cultural de Santo Domingo de Guzmán, en el Centro Histórico de Oaxaca- fue colocada una mesa pequeña con una imagen de Toledo y los asistentes honraron la vida del artista oaxaqueño entre anécdotas.
La irreverencia de Francisco Toledo
En 1960, Toledo viajó a Europa y conoció al pintor Rufino Tamayo, con quien estrechó relaciones tanto personales como artísticas, pues se consideró que es su discípulo.
“Mi arte es una mezcla de lo que he visto y de otras cosas que no sé de dónde vienen. Me han influido el arte primitivo, pero también los locos, los enfermos mentales y, sobre todo, Rufino Tamayo”, aseguró en una entrevista el oaxaqueño.
Cabe mencionar que el “artista universal” fue conocido por su talento y el toque irreverente y transgresor de sus obras, sino también por haber sido un luchador social, un filántropo y por defender sus ideales y posturas políticas.
Por Radio Fórmula.