La combinación de quimioterapia con inmunoterapia, un nuevo tratamiento en México contra el cáncer de pulmón, aumenta la esperanza de vida en pacientes con este padecimiento, afirmó Omar Macedo Pérez, médico oncólogo adscrito a la Clínica de Tórax del Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
Al tratar a los pacientes con cáncer de pulmón bajo este protocolo clínico, se “puede lograr un beneficio sostenido, lo que significa que la enfermedad se controla por años”.
Destacó que ha aumentado hasta un 50 por ciento la esperanza de vida en los pacientes.
Advirtió que el cáncer de pulmón representa un problema mundial de salud causado no sólo por tabaquismo, sino también por la exposición crónica de humo de leña y otros contaminantes. “A nivel mundial está ligado en un 85 por ciento al tabaquismo, sin embargo, en México las cifras son distintas, tenemos un 55 por ciento relacionado con el tabaquismo y un 45 por ciento responden a otras causas”.
Lamentó que en México casi el 80 por ciento de cáncer de pulmón es diagnosticado en etapas avanzadas, lo que significa que el paciente no es candidato a un tratamiento quirúrgico.
Tenemos que brindarle un tratamiento que controle la enfermedad, que mejore los síntomas y que haga que los pacientes vivan más”, mencionó.
Actualmente, dijo, tenemos tres estrategias para atacar al cáncer de pulmón: la tradicional, que son quimioterapias; las terapias en blanco, en el que se usan medicamentos u otras sustancias para identificar y combatir tipos específicos de células cancerosas y que causan menos daño a las células normales, y las más reciente en la que se combina la quimioterapia con la inmunoterapia.
El tratamiento cambia en función de una prueba que se aplica al paciente que se llama perfil molecular, que consiste en detectar mutaciones muy específicas como son EGFR, ALK; al detectarlas se aplica una terapia Blanco -Tipo de tratamiento, en el que se usan medicamentos u otras sustancias para identificar y combatir tipos específicos de células cancerosas, y que causan menos daño a las células normales, es decir una terapia que bloquea estas mutaciones.
Si el paciente no tiene estas mutaciones, que lo llegan a presentar uno de cada cuatro, el siguiente parámetro que analizamos se llama TDL1; éste nos orienta para ver qué tratamiento aplicaremos si le vamos a dar inmunoterapia o le vamos a dar una combinación de quimioterapia con inmunoterapia.
Para entender este último tratamiento, es importante señalar que hace más de un mes, James P. Allison y Tasuku Honjo ganaron el Premio Nobel de Medicina 2018, por su descubrimiento de la terapia de cáncer mediante regulación del sistema inmunitario.
Su trabajo fue clave para demostrar el potencial real de la inmunoterapia como tratamiento contra el cáncer, y un punto de partida para el desarrollo de nuevos ensayos clínicos en pacientes.
Lo que descubrieron es precisamente cómo se defiende de las células inmunológicas y gracias a su descubrimiento se diseñaron drogas que se llaman inmunoterapias, que precisamente atacan a estos mecanismos de defensa del cáncer. El sistema inmunológico entra en función para atacar a las células tumorales. Eso es justo en lo que consiste actualmente la inmunoterapia”, explicó Macedo Pérez.
Con información de Excélsior.