Waymo de Alphabet –compañía matriz de Google– lanzó un desarrollo significativo tras una década de costosa búsqueda de un servicio de transporte autónomo: taxis sin conductor que generan ingresos.
Con poca fanfarria, la compañía ha comenzado a cobrar a los pasajeros por usar sus vehículos sin conductor en una zona de aproximadamente 160 kilómetros en cuatro suburbios de Phoenix: Chandler, Tempe, Mesa y Gilbert, donde ha estado probando su tecnología desde 2016.
La generación de ingresos es un hito estratégico porque coloca a Waymo por delante de sus rivales de Estados Unidos, principalmente Cruise Automation, de General Motors Co, y Uber Technologies, que aún no han lanzado sus propios servicios de pago.
Todos están compitiendo para ganar clientes y recuperar miles de millones de dólares gastados en el desarrollo de tecnología.
Para usar el servicio de Waymo, denominado Waymo One, los usuarios deben descargar una aplicación y proporcionar un número de tarjeta de crédito, como en los viajes compartidos de Uber y Lyft. Un conductor humano está detrás del volante, pero sólo para intervenir en caso de emergencia.
Sigue habiendo grandes desafíos, comenzando por los obstáculos técnicos. Un taxi de Waymo One que probó Reuters la semana pasada fue lento y brusco a veces, y hay que ver si los clientes continuarán utilizando el servicio una vez que la novedad desaparezca.
Además, las regulaciones que gobiernan la industria en Estados Unidos son un mosaico incoherente, un obstáculo importante para una rápida expansión.
Waymo no informó exactamente cuántos de sus autos estarán en las calles de Arizona. Sí dijo que su servicio de 24 horas inicialmente se limitaría a “cientos” de personas que invitó a inscribirse el año pasado. Los precios son similares a los de Uber y Lyft. Un viaje de 15 minutos y 4.8 kilómetros realizado por Reuters la semana pasada costó 7.59 dólares, apenas más que los 7.22 dólares que ofrece Lyft.
“Con el tiempo, esperamos que Waymo One esté disponible para más gente”, escribió en un blog el presidente ejecutivo de la compañía, John Krafcik. “La tecnología de autoconducción es nueva para muchos por lo que estamos procediendo con cuidado”.
La compañía ha estado probando sus autos sin conductor durante una década. Su flota, que ahora cuenta con 600 vehículos, ha recorrido más de 16 millones de kilómetros en calles de unas 25 ciudades de Estados Unidos. Alphabet no revela su inversión total, pero expertos del sector la cifran en más de 1,000 millones de dólares.
Waymo invitó a Reuters a viajar en una camioneta Chrysler Pacifica modificada por las calles de Chandler, en Arizona, a unos 35 kilómetros al sureste de Phoenix. Un sensor en forma de cúpula sobre el automóvil era la principal señal de que no era un vehículo ordinario.
En el interior hay un conductor de seguridad sentado tras el volante, con un representante de Waymo en el asiento del pasajero delantero. Dos pantallas de video integradas en los respaldos y que miraban hacia los pasajeros del asiento trasero, anuncian: “Buenas tardes, Waymo Rider”.
Los monitores mostraban la trayectoria del auto y contenían botones de pantalla táctil que permite llamar a un operador de Waymo.
El viaje se realizó en calles anchas, bien pavimentadas y con tráfico moderado en un día relativamente claro, pero incluso en condiciones favorables, la tecnología de Waymo se comportó de manera muy parecida a un conductor primerizo: lento y tímido.
El vehículo estaba muy consciente de los peatones y tenía problemas para dilucidar sus intenciones. Por ejemplo, se detuvo ante un hombre parado en un cruce que hablaba por su celular, pese a que estaba claro que no iba a cruzar la calle.
El auto disminuyó la velocidad bastante antes de señales de alto y bandas de frenado. Sin embargo, a veces ejecutaba cambios de pista con una sacudida inquietante, acompañada de una voz automatizada que decía “izquierda” o “derecha”. La función, según Waymo, ayuda a los pasajeros a comprender lo que hace el auto.
Otras maniobras se realizaron sin problemas, incluyendo una de las más complicadas: cruzar tres carriles de tráfico para ejecutar un giro a la izquierda en un estacionamiento.
El conductor de seguridad nunca tocó el volante y Waymo dice que eventualmente lo eliminará, pero no ha informado cuándo.
Conducir por un entorno incierto en Estados Unidos podría ser aún más difícil.
Arizona tiene menos regulaciones para los autos sin conductor que la mayoría de los estados, un factor importante en la decisión de Waymo de comenzar allí. El resto del país es una mezcla de requisitos a veces contradictorios y no hay una guía federal.
Por ahora, Waymo dice que está enfocado en el área de Phoenix, donde espera obtener información valiosa sobre la oferta y la demanda, mientras espera las decisiones de los reguladores.
Con información de Forbes.