El sector de artículos de vestuario y textil alcanzó cifras históricas en 2018 y superó las expectativas, mientras que para este año se proyecta un comportamiento similar.
En los últimos años la actividad viene liderando las ventas al exterior, según las estadísticas y para este año se proyecta una sólida recuperación de la actividad industrial.
La crisis política de Nicaragua favoreció a las fábricas locales, por un mayor número de ordenes de pedidos de ropa y tela.
De los 14 años de la vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Guatemala y los Estados Unidos, la actividad creció 12% el año pasado, por un monto de exportación de 1, 801 millones de dólares (mdd), según el balance que conoció ayer la Comisión de Vestuario y Textil (Vestex), adscrita a la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport).
Los números son tan elocuentes, que crecieron en divisas y en volumen exportado es de dos dígitos; así como en la activación de más órdenes de trabajo.
Para este año le apunta a un crecimiento de dos dígitos por ventas que alcanzarán 2,000 mdd, sostuvo Alejandro Ceballos, presidente de Vestex.
Mayor demanda
Ceballos informó que el crecimiento observado respondió a una mayor demanda de los clientes en Estados Unidos, que a su vez estuvo estimulado por las medidas económicas que se han adoptado para incentivar la producción de ese país.
El total de las exportaciones para los EE. UU., según los datos de Vestex, fueron 1, 300 mdd (al 15 de diciembre del 2018), lo que significa un crecimiento del 11% con el 2017; mientras que, para Centroamérica, se habían despachado, 257.5 mdd, lo que representa un crecimiento del 14%, en el mismo período.
Ceballos, dijo que, para los clientes en Estados Unidos, la mayor parte fue ropa deportiva sintética, mientras que, para Centroamérica, fue tela, que es la materia prima que se emplea, por otras fábricas para coser y ensamblar las piezas, pero con menor valor agregado.
Añadió que se logró cubrir 1.8% de ese mercado. Guatemala despachó 35.7 millones de docenas de prendas de vestir, lo que significa un crecimiento de cuatro millones, con respecto al 2017, es decir la tasa de aumento fue del 12.6%.
Otro aspecto que favoreció es que se captaron (en ordenes) unos 200 mdd de fábricas de Nicaragua, que por la crisis política se trasladaron hacia plantas locales.
El censo de máquinas de coser es de 60,000 y se encuentran ocupadas. Por cada máquina en funcionamiento hay tres empleos generados, por lo que se proyecta que la industria en la actualidad genera unos cien mil empleos, entre fábricas de confección, textileras, empresas proveedoras de bienes y servicios, así como otras anexas.
Juan Pablo Carrasco, presidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco Americano (AmCham), dijo que esta actividad, es una de las que más oportunidad registró desde la vigencia del TLC y el año pasado fue la que más provecho logró.
Capital emergente
A raíz de la mayor demanda observada y con las expectativas para este año, Ceballos, confirmó, que hubo movimiento de capitales en su mayoría locales.
Indicó que el monto de inversión en maquinaria, equipo y ampliación de plantas sobre todo de telas e hilanderas es de US $60 millones, tanto en fábricas instaladas en el área metropolitana, como en San Juan Sacatepéquez y Palín, Escuintla.
Además, que algunas fábricas (textiles y ensambladoras) que enfrentaban problemas de liquidez, fueron rescatadas para atender los volúmenes de pedidos, que incluso, trabajan los fines de semana, fenómeno que se observó en el segundo semestre del año y que continua ese ritmo en el 2019.
Para este año le apunta a un crecimiento de dos dígitos por ventas que alcanzarán 2,000 millones, sostuvo el dirigente.
Además, representantes de seis firmas de la República Popular de China y una coreana, están explorando, la instalación de textileras para aprovechar el hub logístico de la industria local.
Panorama político
Aunque el sector de vestuario propuso la creación de zonas económicas y un salario diferenciado, Ceballos dijo, que una de las peticiones a los candidatos que participarán en la próxima contienda electoral, es la flexibilidad laboral (por medio de tiempo parcial), una política de salarios y tema tributario, sobre todo del impuesto de solidaridad (ISO).
Recordó que, si hay condiciones para lograr una mayor atracción de inversión para la industria, se pueden atender a un buen grupo de personas que se encuentra desempleada o que se integra al mercado laboral, pero que debe ser enmarcada como una oferta electoral genuina.
Con información de Forbes