El cineasta británico Alfred Joseph Hitchcock (1899-1980), exponente de los filmes de terror psicológico, dirigió más de 50 películas que destacan por su técnica cinematográfica que logra crear tensión y nerviosismo en las audiencias.
El productor, guionista y director promovió el séptimo arte durante la década de 1920, haciéndolo emigrar a Hollywood por su éxito a principios de los años 40.
El ícono cultural retomó en sus producciones cantidad de temas interesantes para los cinéfilos como el psicoanálisis, el “voyeurismo”, historias de guerra, cuentos de terror de autores como Allan Poe y el suspenso.
Las luces, sombras y cameos eran aspectos importantes para el mensaje que el cineasta quería dar a conocer, por ello es uno de los grandes fundadores del subgénero de ficción terrorífica.
Con el reciente descubrimiento de “The white shadow”, largometraje que data de 1920, se obtienen pruebas del gran talento y la disposición cinematográfica del legendario director de cine que se caracterizó por sazonar sus películas con suspenso, hecho que dejaba atónito a su público.
La cinta fue descubierta en Nueva Zelanda y debido a que fue mal etiquetada permaneció en el archivo cinematográfico de ese país por más de 25 años.
En ella Hitchcock, con tan solo 24 años, fungió como escritor, asistente de dirección, director de arte y editor. “The white shadow” se estrenó en 1924.
Muy al estilo del cineasta, el filme recién descubierto no está completo ya que solo cuenta con tres rollos de seis, lo que una vez más deja en misterio a sus seguidores.
La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas proyectará los rollos el 22 de septiembre en el Teatro Samuel Goldwyn de Beverly Hills.
“El maestro del suspenso” como también se le conocía, nació en Londres, Inglaterra el 13 de agosto de 1899, en el seno de una familia católica.
Debido a su complexión regordeta aunado a la estricta educación que recibió, el pequeño Hitchcock fue un niño con carácter tímido y apocado, sentimientos que lo acompañarían toda su vida.
Después de la muerte de su padre William, Alfred abandonó el colegio en 1915 para trabajar en la Compañía telegráfica Henley. Cinco años más tarde entraría al mundo del cine como rotulador de varias películas mudas en la Famous Players Lasky, productora y distribuidora surgida en 1916.
La entrada de Hitchcock a esa empresa representó un giro en su vida, pues comenzó a desempeñarse como montador, después como director artístico, para finalizar como guionista en películas de directores como Donald Crisp y Hugh Ford. Además conoció a Alma Reville, mujer con la que se casaría en 1926.
De 1921 a 1924 aproximadamente trabajó bajo la tutela de Graham Cutts, director de “The white shadow”. En 1925 en Múnich, Alemania, el londinense se estrenó como cineasta al rodar su primera película completa: “El jardín de la alegría”, que se haría muy popular.
Poco después el realizador dirigió la primera cinta de cine sonoro de Inglaterra: “La muchacha de Londres”, en 1929. A pesar de sus pocos trabajos, Hitchcock era considerado un ícono en la industria del nuevo cine británico.
Filmes como “¡Asesinato!” (1930), “El hombre que sabía demasiado” (1934) y “39 escalones” (1935) hicieron que aquel joven de carácter tímido se convirtiera en un emblema internacional.
Para 1938 David O. Selznick, productor figura de la era dorada de Hollywood, contrató al realizador británico para la adaptación de la novela de Daphne du Maurier, “Rebeca” (1940), que obtuvo 11 nominaciones al Oscar.
Durante las tres décadas siguientes dirigió una película por año, en las que siempre se reservó una breve aparición sin diálogo, que se convirtió en su firma particular.
En 1941 llegó “Sospecha” (1941) protagonizada por Cary Grant, actor británico nacionalizado estadunidense con quien formó una relación de amistad estrecha.
En 1944, a lado de Sidney Berstein, creó la productora Transatlantic Pictures, que adoptó a la actriz sueca Ingrid Bergman como la primera rubia “hitchcockiana”. Bergman rodó “Encadenados” (1946) y “Recuerda” (1945), en la que participó Salvador Dalí en el diseño y el decorado de varias escenas.
En 1958 recibió el Globo de Oro a la mejor serie de televisión y la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián por su película “Vértigo”. Pasado un año Alfred rodó “Con la muerte en los talones”, considerada una de sus mejores películas.
Para 1960 dirigió “Psicosis”, uno de los mayores éxitos a lo largo de su carrera que contiene una de las escenas más impactantes en la historia del séptimo arte, el asesinato de su protagonista, Janet Leigh.
En 1968 recibió un Óscar Honorífico por toda su trayectoria en la ceremonia de los Premios de la Academia. Sin embargo nunca alcanzó un Oscar competitivo. El American Film Institute le otorgó el premio a la labor de su vida en 1979, ese mismo año la reina Isabel II del Reino Unido le concedió el título de Sir.
El 29 de abril de 1980 falleció el “maestro del suspenso”. Su legado, además de su vasta colección de películas, reside en influenciar a muchos directores e impactar con cada una de sus historias a su público.
Con información de Excélsior.