Javier Padrón
Gerardo Fernández Noroña, ave de tempestades, vino a apaciguar los ánimos en la izquierda y dio su respaldo al PVEM como integrante de la coalición de Morena, PT y PANAL.
Nada de exclusiones, pidió dejarse de conflictos y sumar fuerzas, no refirió al gallardismo de manera expresa pero reconoció que lo necesitan para ganar las elecciones; y las coaliciones son un acuerdo nacional sobre cualquier interés personal o de grupo.
La anfitriona del evento, Patricia Álvarez, dirigente del PT, tuvo que recular y anunció que se desiste de la coalición que suscribió con el dirigente de Morena, Sergio Serrano; y el invitado especial de los petistas, el alcalde vallense Adrián Esper, fue reconocido como aspirante del partido a la gubernatura y se le dio el cargo de secretario de afiliación (sin estar afiliado).
Entre Noroña y Esper hay una sorprendente química, son extremos opuestos; el chilango es cabeza de una de las alas radicales de la 4T y el huasteco pertenece a la selecta izquierda caviar, aun no da una explicación de la millonada que se pagó del erario por unos terrenitos que le debían de pasadas administraciones.
Mientras los petistas se disciplinaban, en la sede de Morena en la Ciudad de México protestaban contra Ricardo Gallardo y el PVEM la aspirante Francisca Reséndiz y sus seguidores, mezclados con el llamado “grupo de choque” del alcalde Xavier Nava y cuyos integrantes fueron “pulidos” por el gobierno carrerista con cursos de oratoria y análisis de coyuntura, llegaron en tres autobuses muy indignados. El líder nacional Mario Delgado no se presentó a su oficina.
El que reapareció este viernes fue Sergio Serrano, mantiene su rechazo a ir coaligados con el PVEM y está puesto para la controversia legal, no se le ve futuro, el PT ya no lo acompañará; se prevé su remoción de la dirigencia, se ha vuelto un tumor, está en contra de la línea nacional y lo ven como aliado de la oposición.
XAVIER Y RODRIGO, CABIZBAJOS
No se pudo ir este viernes el alcalde Nava, tendrá que presentar una solicitud de licencia motivada, clara y precisa. La sesión del Cabildo, que no fue transmitida por Internet, dejó ver sus debilidades y errores, la mayoría no está con él, hay un choque con la fracción azul, puede ser un reflejo de lo que le pasaría en la contienda interna, si no pudo conciliar con los regidores difícilmente lo hará con el resto del panismo.
Lo que falta del trienio no será terso. Sin prudencia se informó al gabinete municipal que el próximo alcalde sería Alfredo Lujambio; la regidora Karina Benavides defendió su derecho a ser alcaldesa; cualquiera que sea el relevo, los navistas le harán caso al defensor de oficio de los fraccionadores y los panistas a la protegida de Xavier Azuara, así no se podrá gobernar y la administración será un relajo.
En una sesión previa, virtual, se discutió el informe financiero mensual que se había votado en comisiones y los panistas cambiaron el sentido de su voto, no lo podían avalar cuando no se ha esclarecido el caso de los más de siete millones de pesos que se esfumaron y se deben deslindar responsabilidades.
El ánimo del tesorero Rodrigo Portilla sí anda muy abajo, se le ve preocupado, no puede decir más por la secrecía de las “investigaciones” de la FGE. Fue señalado de manera reiterada como el principal responsable, la regidora Verónica Rodríguez le dio un golpe seco, le dio a entender que el pasado no se ha ido, tiene a su propia “Sandra Sánchez”, de la que nadie sabe nada, solo que se llevó más de siete millones de pesos, si le jalaran a la hebra.