La zona limítrofe entre Mexicali, Baja California y San Luis Río Colorado, Sonora, está convertida en un oasis para la delincuencia. Los sicarios cometen crímenes en un municipio y huyen al otro, sacando ventaja de la falta de comunicación y la desastrosa coordinación entre las autoridades de ambas entidades federativas.
Las policías desplazan la responsabilidad ante sus pares del Estado vecino, mientras se acusan unos a otros de corrupción y colusiones mafiosas. En el área, la reacción ante los delitos de alto impacto es pobre o inexistente, lo que ha permitido que los cárteles tomen posesión de caminos, ejidos y los cielos sobre ellos, aterrorizando a los ciudadanos comunes convirtiéndolos en testigos y victimas colaterales de balaceras, asesinatos y levantones.
La tarde del sábado 24 de abril, esta falta de coordinación y distanciamiento resultaron en dos agentes de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI) bajacaliforniana baleados, uno lesionado, así como el socorrista-conductor de una ambulancia de Sonora gravemente herido.
Todos quedaron en medio de dos balaceras en las que los operadores locales de Ismael “El Mayo” Zambada asesinaron a Jorge Humberto Maya Siqueiros alias “El Vampiro”, cabecilla de otro grupo criminal también sinaloense.
Elementos de inteligencia de las autoridades integradas a la Mesa de Coordinación por la Paz y Seguridad de Baja California, identifican como responsable del ataque a matones de Felipe Eduardo Barajas Lozano “El Omega”, quien habría mandado asesinar a varios sujetos en las semanas recientes como parte de una “limpia de posibles rivales en el valle de Mexicali y la Zona Oriente de la ciudad”.
Como respuesta ante estos hechos de sangre que suman decenas en la zona, que esta semana alcanzaron a servidores públicos, el Fiscal general bajacaliforniano Guillermo Ruiz Hernández convocó a una reunión con autoridades de ambos. Participaron representantes de los tres órdenes de Gobierno, incluyendo a la Fiscal general de Justicia de Sonora, Claudia Indira Contreras Córdova, para definir una ruta de trabajo y abatir la incidencia generada en esta zona “caliente”.
Situación de violencia exacerbada que fue reconocida por las autoridades locales hasta que el Gobierno de Estados Unidos emitió dos alertas de seguridad a causa de la pugna de dos células delictivas en el Valle de Mexicali.
IBAN POR “EL VAMPIRO”
Jorge Humberto Maya Siqueiros estaba sentenciado. La tarde del viernes 23 de abril, mientras viajaba a bordo de su motocicleta en compañía de una mujer, fue atacado a balazos por sicarios que tripulaban una camioneta Dodge Journey color azul, cuando este cruzaba el Puente Miguel Alemán, que conecta los municipios de Mexicali y San Luis Río Colorado.
Los criminales abrieron fuego contra “El Vampiro”, ocasionándole lesiones en el cuerpo. En la escena del crimen estaban también dos agentes de la GESI adscritos a la protección de empresarios, estacionados; los agentes bajacalifornianos esperaban al propietario de un negocio en Mexicali, observaron el incidente y respondieron ante la balacera que los topó.
Se enfrentaron a balazos con los criminales, y uno de los agentes, de nombre Felipe Valdez, también resultó herido.
En el intercambio de plomo también fue lesionado Maya Siqueiros, todos trasladados a hospitales en San Luis Río Colorado, incluido el agente de Mexicali recibió atención médica y fue llevado al Hospital General.
Los agresores huyeron con rumbo a Mexicali, pero dieron vuelta en “U” e intentaron cruzar a San Luis por debajo del puente. El auto quedó atascado en la arena, por lo que la abandonaron y continuaron su fuga a pie. Autoridades de Baja California y Sonora no lograron dar con los gatilleros.
Herido, “El Vampiro” fue custodiado y trasladado a San Luis Río Colorado para recibir atención médica. Al día siguiente, médicos sanluisinos consideraron que era necesario llevarlo al Hospital General de Mexicali para que tuviera servicios de los que no disponen en San Luis, por lo que aseguran, se montó un operativo para efectuar el traslado.
Varias unidades de la Policía Municipal del municipio sanluisino se unieron al operativo y acompañaron la ambulancia de color blanco con guinda, con placas EF37824 del estado de Chihuahua.
La custodia de la unidad de emergencia se extendió hasta la caseta divisoria de Sonora con Baja California. Entró al terreno bajacaliforniano sin custodia. No avanzó más de 100 metros cuando una camioneta tipo Tahoe y un vehículo Honda, comenzaron a dispararle.
El conductor de la unidad intentó escapar de los agresores que lo perseguían sobre la Carretera Federal 2, adentrándose al Ejido Hermosillo, pero los sicarios continuaron la persecución hasta la avenida principal, donde los proyectiles finalmente lo alcanzaron y ocasionaron que perdiera el control y se detuviera.
Los matones focalizaron su ataque en la parte trasera del vehículo de emergencias, donde trasladaban a “El Vampiro” y lo mataron. El cadáver quedó en medio de los dos asientos delanteros, dejando claro que al saberse en peligro, intentó escapar por las puertas frontales de la camioneta.
El socorrista Marcelino Monreal Ayala, de 46 años, fue trasladado y atendido por autoridades sanluisinas, sufrió heridas de consideración, al punto que los primeros informes oficiales, reportaron que había perdido la vida en el hospital. Versión que después cambiaron las autoridades.
Fue hasta ese momento que en el lado bajacaliforniano se activó un dispositivo de seguridad para resguardar la escena y buscar a los agresores, por segunda ocasión sin obtener resultados.
Entrevistados en diferentes momentos, el Fiscal general Guillermo Ruiz Hernández y el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal de Mexicali, Alejandro Lora Torres, coincidieron en que no tenían conocimiento del riesgoso traslado fraguado por las autoridades sonorenses hacia la Capital del Estado. Situación que provocó que -con o sin intención de las autoridades sanluisinas-, al cruzar la zona limítrofe, la ambulancia se convirtiera en blanco fácil para los agresores.
Integrantes de las Mesas para la Construcción de la Paz, establecieron extraoficialmente que los dos vehículos que perpetraron el crimen, seguían al convoy policíaco desde Sonora y solo esperaron el momento para perpetrar la agresión.
De hecho, los investigadores del lado bajacaliforniano manifestaron sospechas respecto al operativo de los sonorenses, porque no avisaron y el ataque se dio inmediatamente después que los dejaron solos.
“El Vampiro” no tenía mandamientos judiciales en su contra, pero las áreas de Inteligencia lo tenían identificado como presunto responsable de varios homicidios, principalmente en San Luis Río Colorado, donde se le vinculó al asesinato de los agentes Raúl Ramos y Ricardo Castro, cuando cenaban en un restaurante de comida china sobre Calzada Monterrey y Nuevo León B, en diciembre de 2019.
Dos años atrás, estaba vinculado con José Eduardo Pérez Jiménez alias “El Charal”, sicario perteneciente a la célula de Vicente Martínez González “El Guilo”. Ambos fueron exiliados de Mexicali tras el asesinato del agente municipal Ignacio Villagómez Robles -adscrito a la vigilancia de Ciudad Morelos-, perpetrado en abril de 2019.
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En aquel año, las diversas corporaciones del Estado focalizaron su atención en “El Guilo”, por lo que huyó de la entidad y se refugió en Aguascalientes, mientras que “El Charal” y “El Vampiro”, buscaron refugio en San Luis Río Colorado, donde continuaron operando con células de la delincuencia del Cártel de Sinaloa en la célula de “Los Salazar”, principalmente cometiendo homicidios.
En Mexicali, Maya Siqueiros se dedicaba al robo en diversas modalidades. En 2017, su nombre salió a relucir luego de un triple crimen ocurrido en un domicilio de Ciudad Morelos, en el Valle de Mexicali, donde un grupo armado ingresó y asesinó a tres personas, dos hombres y una mujer, de los cuales solo se identificó a Alberto Rodríguez Martínez y a Cristina Padilla Chávez, ambos con historial delictivo relacionado con robo y lesiones.
Los asesinos habían recibido la instrucción de matar también a “El Vampiro”, quien sí estaba en la casa, pero escuchó entrar a los matones y se escondió en un ropero. De acuerdo con las autoridades, el ataque fue en venganza porque le habían robado a una persona vinculada a la delincuencia organizada.
A la semana siguiente de evadir el homicidio, “El Vampiro” fue detenido por robo de vehículo con violencia. Fue escalando en la violencia de sus delitos hasta convertirse en homicida de la mano de “El Charal”.
En Mexicali, las autoridades presumen que participó en el asesinato del ex policía de San Luis Río Colorado, Marco Polo Márquez Tamayo, abatido en mayo de 2020, cuando llegó a su domicilio en el Residencial Sevilla, en la Zona Oriente de la ciudad. También fue asesinado su niño de tres años.
Márquez Tamayo había sido amenazado por “Los Salazar”, y a raíz de este incidente, “El Vampiro” fue ligado con esta agrupación delictiva y comenzó a perpetrar crímenes.
“EL OMEGA”, AUTOR DEL HOMICIDIO
Como parte de “Los Rusos”, Felipe Eduardo Barajas Lozano alias “El Omega” es el principal sospechoso del crimen perpetrado en contra de “El Vampiro”, sicario al servicio de “Los Salazar”, socios de “Los Chapitos”, como se le conoce a Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, hijos del capo sinaloense Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera.
La agrupación delictiva encabezada por “El Omega” tiene base en Sonora, pero han sido autores de varios atentados y asesinatos en la zona Sur del Valle de Mexicali durante los meses de marzo y abril. De acuerdo con reportes de las autoridades, en las últimas semanas la célula replegó sus fuerzas para pelear en el Valle de Mexicali y “hacer limpia”, matando rivales.
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Al mismo tiempo, como parte de “Los Chapitos”, “Los Salazar” intensificaron sus acciones para adentrarse a Baja California. Los investigadores aseguran que aumentaron esfuerzos en Tijuana y disminuyeron su avanzada en Mexicali.
La intención de los operadores de “El Mayo” al asesinar a “El Vampiro”, era acabar con los principales operadores del grupo rival. Como parte de esta misión criminal, previamente, el 8 de abril asesinaron en el Valle de Puebla a Jesús Ramón Velázquez Contreras, conocido como “El H”, quien tenía antecedente de captura en 2011 en posesión de un arsenal, además de equipo táctico y aditamentos especiales como sirena y estrobos.
Velázquez Contreras era hermano de un agente de la Policía Municipal de Mexicali conocido como “El 50”, quien falleció -aparentemente- por suicidio. El agente fue señalado e investigado por abastecer narcóticos dentro de bares y antros de Mexicali.
“El H” sostenía una estrecha relación con Miguel Ángel Beltrán Munguía “El Indio”, lugarteniente del Cártel de Sinaloa asesinado en enero de 2021. En aquella ocasión las autoridades también señalaron a “El Omega”, con quien la víctima se habría enfrentado por un supuesto robo de droga.
Durante años, “El Indio” fue el enlace entre los lugartenientes de alto nivel en el Cártel de Sinaloa, pero tras sus conflictos con “El Omega” y “El Ruso” fue asesinado y su cuerpo abandonado sobre la carretera a Islas Agrarias.
El día de su muerte, también acribillaron a otras dos personas en el Ejido Sinaloa y Ciudad Morelos, en el Valle de Mexicali, y en ambos casos reluce el apodo de “El Omega” como principal sospechoso. Un vehículo Volkswagen Jetta color blanco, fue identificado claramente en al menos dos de los crímenes.
La autoridad llevó a cabo detenciones relacionadas con “Los Salazar” en los últimos días, como lo ocurrido la tarde del lunes 26 de abril, en los municipios de Mexicali y San Luis Río Colorado, donde policías de diversas corporaciones intentaron intervenir un vehículo Jeep Cherokee color blanco, modelo 1996, el cual era tripulado por Raúl Aguilera Sepúlveda, alias “El Tortas”, quién al verse acosado por las corporaciones estatales, intentó escapar a San Luis Río Colorado. Pero, a diferencia de otras ocasiones, la comunicación fluyó y lograron detenerlo a pocas calles después de cruzar la caseta.
“Identificado como integrante de un grupo rival de “El Omega”, Aguilera Sepúlveda fue detenido en posesión de dos armas de uso exclusivo del Ejército, además de diversos cartuchos.
Del 23 al 29 de abril, el número de amenazas de muerte en contra de integrantes de las corporaciones de seguridad recibido en los números de emergencia del Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4), se multiplicaron.
“Diariamente recibimos tres o cuatro, las últimas tres semanas se han puesto intensos”, comentó un investigador de las áreas de Inteligencia de las corporaciones bajacalifornianas el domingo 25 de abril, tras confirmar que elementos de la GESI habían recibido advertencias mortales.
Al día siguiente, a través de redes locales se esparció la versión de que a las 10:00 horas, en una hielera se localizó la cabeza de un policía en la colonia La Delicias. La Mesa de Coordinación registro el reporte como falso, y en respuesta los municipales detallaron que el domingo previo, en la calle María Antonieta Pons de la colonia Miramar, con una denuncia similar, habían encontrado una hielera con un gato muerto en el interior.
Otra denuncia falsa había generado un gran movimiento en Tijuana antes, el viernes 23 de abril a las 14:20 horas, cuando al C4 denunciaron el ataque a una unidad pick-up de la Fiscalía General del Estado. Los responsables iban a bordo de dos autos, un Toyota Yaris azul y un Chevrolet negro, de los cuales proporcionaron las placas completas.
Reportaron que en el Bulevar Las Américas sin número, Colonia El Chamizal, los delincuentes le habían cerrado el paso a la patrulla y disparado en contra de los agentes; desconocían si hubo heridos, pero los criminales huyeron rumbo a la colonia 20 de Noviembre.
La llamada generó la concentración de un promedio de 30 unidades en la zona, antes que se dieran cuenta que era otra falsa alarma, ya que, de acuerdo con operadores del C4, esa sería la tercera llamada similar en el transcurso de ese día.
Investigadores consultados por Zeta explicaron: “Aunque estas llamadas pueden ser una broma de mal gusto, los integrantes de las corporaciones tienen la orden de mantenerse alertas, porque también puede ser un distractor para moverlos de zonas donde se están cometiendo delitos, y una manera de medir la capacidad de respuesta, porque están preparando otro ataque”.
Integrantes de las corporaciones policiacas en Tijuana están en alerta desde la noche del 31 de marzo, cuando fueron acusados de corrupción y amenazados de muerte a través de un video distribuido en redes sociales por supuestos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación.
A partir de entonces, entre el 12 y 21 de abril, criminales no identificados mataron a un elemento de la Agencia Estatal de Investigación em Tijuana y lesionaron a otros tres, dos en Ensenada. Además, se han hecho públicas siete narcomantas con amenazas y tres patrullas han sido incendiadas.
Con información de Sin Embargo MX