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Opinión

Ver para pensar: marinos, amores e ilusiones

Federico Anaya Gallardo

The Sailor Who Fell from Grace with the Sea (El marino que perdió la gracia del mar) es una película inglesa filmada en la costa de Devon en 1976, dirigida por Lewis John Carlino y basada en una novela de 1963 del japonés Yukio Mishima titulada Gogo no eiko.

El orden de los factores no altera el producto. Puedes leer la novela antes ó después de ver la película. La edición barcelonesa de 1986, por Círculo de Lectores apenas llega a 115 páginas, incluida una introducción de Fernando Savater. Las páginas de Mishima, bajo la traducción de Jesús Zulaika Goicochea, son tersas y punzantes. La acción se ubica en el puerto de Yokohama, en el periodo posterior a la Guerra del Pacífico –que es como se conoce en Japón a la segunda guerra mundial.

La película inglesa sigue fiel la narración de Mishima, pero traslada los hechos a un pueblo costero de Inglaterra, Dartmouth (“la boca del Río Dart”), en el condado de Devon –en el extremo sur-oeste de Inglaterra. Contrario a Yokohama, Dartmouth es un puerto menor. Pero su vecindad con Plymouth (“la boca del Río Plym”) lo hace muy activo. El periodo de la acción cambia. La adaptación de Carlino elimina la cuestión de la guerra –que es esencial para la prosa de Mishima– pero preserva la idea romántico-heróica de la vida en el mar.

Los protagonistas-base en ambas versiones del cuento son una mujer y un hombre. Ella es propietaria de una tienda próspera (en Yokohama, de vestidos de moda; en Dartmouth de antigüedades). Él es un marino mercante, que ha recorrido el mundo varias veces. Los protagonistas-acción son el hijo de la comerciante (Noboru en Yokohama, Jonathan en Dartmouth) y su grupo de cuatro amigos –todos ellos entre 13 y 14 años. La comerciante es viuda, su hijo ha crecido sin una figura paterna. Ella está lista para una nueva relación, él ha sustituido el principio de realidad con una fantasía heróica creada por su colectivo de amigos. Entre estos últimos, la cabeza se llama El Jefe y se dirige a sus compañeros con números, del dos al cinco. El niño-líder ha establecido una competencia permanente entre sus seguidores.

El marino mercante aparece en escena casi por azar. A la viuda le provee momentos de placer y un atisbo de amor. Y al huérfano, un héroe material qué admirar. Por supuesto, Noboru/Jonathan reportará todo a El Jefe, quien de inmediato detecta el grave peligro que el marino significa para su liderazgo. En todo lo que te cuento, lectora, no hay spoiler. Al contrario, me parece que conocerlo te ayudará a conectar más rápido con la línea de alta tensión que recorre tanto la novela como el filme.

Me parece que el título con el cual se conoció la novela en Occidente anuncia la parte central de la tragedia por las mismas razones. El título original en Japonés es más elíptico. Remolque por la tarde se refiere a la faena marítima de remolcar un navío –muy usual cuando uno grande entra en puerto y requiere de pequeños botes (los remolcadores) que lo vayan empujando hasta el muelle adonde ha de anclar. La noción de la tarde implica el ocaso… el sol en el crepúsculo. Recordemos, lectora, que Mishima murió en 1970.

El crepúsculo es el contrario final del amanecer. El sol poniente es el opuesto del sol naciente. La tarde, en Mishima, es la decadencia del Japón tradicional: una sociedad que ha perdido su alma y la tensión muscular necesaria para dominar. Este sentimiento es el que obsesiona a Noboru/Jonathan y a sus amigos. Ellos desean encontrar la pureza original. Convocan a un nuevo amanecer. El marino que llega a Yokohama/Dartmouth es, al principio, una esperanza de ese renacimiento –un símbolo del héroe necesario. Sus historias de las aventuras en el mar son la promesa de que en el mundo existe algo más que la aburrida, soporífera y común vida cotidiana. Si todo lo que te digo, lectora, suena a fantasía adolescente es porque lo es. Recuerda que Noboru/Jonathan y sus amigos no tienen más de catorce años.

Y entonces, el marino decide que su último puerto ha de ser Yokohama/Dartmouth; que la viuda es el último refugio de una vida de aventuras que él sabe que no tiene sentido. Hasta este momento, la tensión creada por Mishima existía entre El Jefe y el marino, pues este estaba al borde de robarse la lealtad de Noboru/Jonathan. La decisión del adulto de sentar cabeza cambia todo.

Me detengo antes de hacer un verdadero spoiler. Ve la película y lee la novela, querida lectora. No importa el orden. Sólo te adelanto que Mark Kermode, en su reseña para el British Film Institute en 2022 (Liga 3), señaló que desde que vió la película en los ochentas quedó bewildered.

Ligas usadas en este texto:

 

Liga 1:

 

Liga 2:

https://monikamelo.files.wordpress.com/2011/02/mishima-yukio-el-marino-que-perdic3b3-la-gracia-del-mar.pdf

 

Liga 3:

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