La ciudad china de Wuhan, donde comenzó a propagarse masivamente el brote de coronavirus (COVID-19), dio hoy un paso de gigante hacia la tan ansiada normalidad al anunciar que el 8 de abril levantará la estricta cuarentena que impuso a sus habitantes el pasado 23 de enero.
Eso sí, los ciudadanos de la capital de la provincia de Hubei solo podrán abandonar la ciudad si presentan un código QR de salud verde obtenido a través de aplicaciones móviles, lo que implica que la persona en cuestión no ha mantenido contactos con ningún contagiado o sospechoso de tener la enfermedad.
En cualquier caso, la decisión arroja un rayo de esperanza para la ciudad antes catalogada como “el epicentro del brote”, que ya permite que sus ciudadanos salgan de sus complejos residenciales para pasear, usar el transporte público -que se desinfecta varias veces cada día-, salir a comprar o incluso ir a trabajar.
“La gente que no presenta síntomas puede pasear libremente”, relató a Efe el director de cine Lan Bo, que lleva varias semanas grabando material para un documental sobre la pandemia.
Según Lan, el optimismo es palpable en Wuhan, que empieza a ver la luz al final del túnel tras dos meses de confinamiento: “Lo peor ya ha pasado. Con todo, hay que llevar mascarilla y hay gente que sOlo se atreve a salir con trajes protectores”, agrega.
“Podemos salir de los edificios residenciales tras mostrar el código QR verde. Uno de mis vecinos me ha dicho que su compañía ha vuelto al trabajo y que la logística fuera de Hubei también está regresando a la normalidad. Ya se pueden hacer negocios con el exterior”, celebró un residente de Wuhan que solicitó el anonimato.
Las redes sociales chinas también se hicieron eco de la noticia: “Hubei lleva esperando este día desde hace mucho tiempo”, comenta un usuario en Weibo, equivalente a Twitter, mientras que otro pide que se agradezca a la ciudad por todo lo que ha soportado.
“Espero que la gente de Wuhan que vuelva a trabajar a otras provincias no sea discriminada”, comenta un usuario, opinión compartida por otro: “Hay que ser amable con ellos”.
El pasado 23 de enero el gobierno de Wuhan impuso unas restricciones consideradas entonces extremas y que implicaban el cierre del tráfico, así como la suspensión del transporte público y de todos los vuelos y trenes de salida, obligando al confinamiento “de facto” de los 11 millones de habitantes de la urbe.
Hasta ese día, el coronavirus había causado 17 muertos y afectado a 444 personas en la ciudad centro-oriental china.
Según el último recuento hecho hoy público, 2 mil 524 personas han fallecido hasta ahora en Wuhan, mientras que en el total de la provincia de Hubei suman 3.160 los fallecidos.
El resto de Hubei levanta mañana las restricciones
Asimismo, el resto de las ciudades de Hubei levantarán las restricciones de viaje a partir de mañana, miércoles.
“Se está volviendo a la normalidad pero muy paulatinamente. En teoría, la gente que no está contagiada podrá viajar a otras provincias, y esa es una muy buena noticia. Espero que esta medida se implemente a todos los niveles”, relata a Efe la investigadora Cathy Cao desde esta provincia.
Su problema, al igual que el de otros muchos en Hubei, es volver desde esa provincia a la capital del país, donde trabajan: “Tengo que volver a Pekín lo más pronto posible. El problema es que allí las normas son ahora muy estrictas”, explica Cao.
Otra ciudadana residente en la ciudad de Yichang consultada por Efe agrega que su viaje a la capital china se está encontrando con varias dificultades, ya que ahora hay que rellenar una solicitud que las autoridades deben aprobar, tomar un tren especial hasta la capital y pasar una cuarentena de 14 días una vez en la ciudad.
Pekín y Shanghái se blindan ante una nueva oleada de contagios
Las autoridades chinas continúan intensificando sus esfuerzos para evitar que el fuerte repunte de casos “importados” por viajeros procedentes de otros focos derive en una nueva oleada del brote, especialmente en la capital del país.
Así, el gobierno municipal de Pekín anunció que pondrá en marcha, a partir de mañana, nuevas medidas de control y prevención para evitar la propagación del coronavirus, como el análisis obligatorio de ácido nucleico para quienes entren a la ciudad.
Además, las cuarentenas de 14 días de los viajeros deberán realizarse de manera concentrada, en lugares designados por el gobierno municipal, mientras que antes se contemplaban unas pocas excepciones que permitían a algunos residentes de la capital china pasarla en sus propios domicilios.
Este anuncio se produce después de que las autoridades sanitarias capitalinas detectaran 31 casos de los 74 nuevos contagios “importados” registrados en todo el país hasta la pasada madrugada local, casi el triple que en la víspera, cuando hubo 10 en Pekín (de los 39 totales en suelo chino).
A Pekín le siguieron hoy otras grandes urbes como Cantón, con 14 casos nuevos, o Shanghái, con nueve, ciudades que también han impuesto restricciones similares.
La cifra de este tipo de casos asciende a 427 personas en total.
Desde que la enfermedad empezó a azotar con severidad el resto del planeta, son muchos los chinos que han regresado a su país, donde la pandemia -siempre según las cifras oficiales- parece más controlada.
A pesar de este repunte, los contagiados “activos” en el país asiático ya están por debajo del listón de los 5 mil: los datos de la Comisión Nacional de Sanidad suman 4 mil 735, de los cuales mil 573 permanecen en estado grave (mil 527 de ellos, en Wuhan).
El número total de infectados diagnosticados en China desde el inicio de la pandemia es de 81 mil 171, entre los que han perecido 3 mil 277 personas, mientras que se ha dado de alta a 73 mil 159 personas tras haber superado con éxito la enfermedad.
EFE.