El gigante de la costa oeste de los Estados Unidos, California, llegó a tocar fondo durante la pandemia. En 15 meses el estado acumuló más de 3,8 millones de casos confirmados de COVID*19, sumó arriba de 63 mil fallecidos a consecuencia del virus y llegó a ver su sistema sanitario al borde del colapso. Las autoridades establecieron allí las reglas más restrictivas de la nación, manteniendo comercios cerrados por meses, prohibiendo las visitas a playas y pidiéndole a la población que intentara quedarse en sus casas sin moverse. Pero esos eran otros tiempos.
Hoy, el estado que es hogar de cerca de 40 millones de personas, levantó casi todas sus restricciones con la esperanza de un futuro más prospero.
“Es un nuevo día. El estado no está destinado a recuperarse, sino a reflorecer. A volver rugiendo con más fuerza que nunca”, decía animado el gobernador Gavin Newsom en rueda de prensa. Y es que para Newson también es la luz al final del camino a nivel personal. La crisis del COVID 19 en California se tradujo en una crisis económica y política que llevó a que se juntaran millones de firmas para pedir la renuncia del gobernador. Newsom enfrentará aún una elección especial para validar si los californianos quieren que termine su mandato, pero lo hace hoy con más poder político que el que tenía seis meses atrás.
Hasta hoy el estado tenía un sistema de código de colores. Dependiendo el nivel de contagios en cada barrio, se le asignaba un color a la zona. Basado en el color eran las restricciones correspondientes -horario de cierre, capacidad dentro de los comercios, etc-. Hoy, por primera vez en meses, ya nadie tendrá que mirar en qué color vive o trabaja.
Los restaurantes, tras 15 meses, vuelven a poder operar en su capacidad máxima. Los parques de diversiones, como Disneyland y Universal Studios, podrán abrir por completo. Y quienes estén vacunados ya no tendrán obligación de utilizar una máscara cubriendo sus bocas y narices.
La clave en California, como en el resto del país, ha sido la vacunación. El estado tiene al 55% de sus residentes vacunados por completo, y el 66% ha recibido al menos una dosis de la vacuna.
Algunas restricciones menores por el momento quedarán en pie. Por ejemplo, quienes no estén vacunados deberán utilizar máscaras para asistir a eventos en el interior de edificios con más de 5 mil personas. Además, deberán presentar un examen negativo de COVID-19 antes de poder ingresar. El protocolo es el mismo para los eventos al aire libre en los que se conglomeren más de 10 mil personas.
Pero la gran pregunta ahora es cómo hará California para recuperar su economía. A modo de ejemplo, por mencionar solo una industria devastada, un tercio de los restaurantes del estado cerraron de manera definitiva durante la pandemia.
Según una funcionaria estatal, la clave puede estar en el turismo. La oficina Visit California lanzó una campaña incentivando a los residentes a salir de vacaciones en el estado, asegurando que hacerlo es un acto de patriotismo en los tiempos modernos.
“California aún es percibido como un destino menos abierto que otros en el país, particularmente en comparación a nuestros amigos en Florida. Por eso debemos trabajar para demostrar que California está listo para recibir visitantes”, decía en la misma rueda de prensa de Newsom, Caroline Beteta, presidente de Visit California.
Con información de InfoBAE