El telescopio espacial James Webb brindó a los científicos una imagen sin precedentes de un agujero negro distante, al mirar a través de capas de polvo para rastrear la estructura y composición del material que gira alrededor del objeto masivo.
Webb apuntó recientemente su espectrómetro de infrarrojo cercano, o instrumento NIRSpec, hacia el agujero negro supermasivo que se encuentra en el corazón de la galaxia superior que se ve en la imagen de Webb del Quinteto de Stephan, una de las primeras cinco imágenes de Webb a todo color publicadas por la NASA y agencias colaboradoras el 12 de julio. La imagen muestra cinco galaxias aparentemente muy próximas, aunque la quinta en realidad está mucho más cerca de la Tierra.
Los espectrómetros separan la luz en las longitudes de onda que la componen y, dado que los distintos elementos absorben la luz en longitudes de onda conocidas, el espectro resultante permite a los científicos determinar la composición química del material que emite la luz o que la atraviesa. Y como NIRSpec es un espectrómetro infrarrojo, pudo recoger un espectro del negro supermasivo a pesar de estar envuelto en polvo estelar.
El resultado, como explicó la Agencia Espacial Europea en una ilustración y una serie de publicaciones en Twitter, es que Webb vio el agujero negro supermasivo desde longitudes de onda nunca antes observadas, y que corresponden al hidrógeno atómico, hidrógeno molecular o dos átomos de hidrógeno unidos, y iones de hierro cargados eléctricamente en el gas que rodea el agujero negro.
En conjunto, el análisis del NIRSpec de estos elementos permitió a los científicos mapear la estructura del gas que fluye hacia el agujero negro para ser consumido, así como los flujos de salida, el gas expulsado por poderosos chorros de radiación generados por la intensa compresión del gas y el remolino de polvo alrededor del agujero negro.
Con información de Independent