El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Germán Martínez, anunció que “adelgazará” la nómina al reducir el número de plazas en las delegaciones y mediante la fusión de departamentos poco estratégicos a efecto de fortalecer las áreas de urgencias.
El funcionario federal explicó que la medida forma parte de las estrategias de austeridad, con lo que se pretende generar un ahorro de 4 mil 500 millones de pesos, recursos que, destacó, se dirigirán a fortalecer áreas en las que el derechohabiente se encuentra en peligro de muerte, como son las unidades que atienden infartos, derrames cerebrales, descompensaciones diabéticas graves y todo lo relacionado al cuidado materno e infantil.
“Vamos a hacer un análisis para determinar los motivos por los cuales a diario en el IMSS fallecen 379 personas. Pero lo que hemos detectado es que se trata de cuestiones de espera de trasplantes (órganos que no llegaron a donarse)”, aclaró.
En el despido, precisó, en absoluto tocará las plazas de médicos ni tampoco a los sindicalizados, sino a las personas contratadas de manera externa y las cuales solo duplican funciones, sobre todo en aquellas delegaciones donde las contrataciones se hicieron de manera irregular.
Con IMSS Bienestar, refirió Martínez, se espera que seis estados, entre estos Colima, Aguascalientes, Quintana Roo y Tabasco, regresen los recursos del Seguro Popular para que se amplíe la atención que, en la actualidad, se otorga a 13 millones de habitantes de escasos recursos y sin seguridad social, pero el proyecto es llegar a 25 millones que son los que se encuentran en situación de pobreza y pobreza extrema.
En torno al aumento salarial al mínimo de 102 en general y 176 en la frontera, señaló: “Sí nos mete en un aprieto”, pero dijo que trabajarán con el SAT para hacer los ajustes entre los más de 2 millones de trabajadores que perciben este tipo de ingreso.
Contrario con las declaraciones de la pasada administración, de que se “entregó un IMSS sólido económicamente y viable hasta 2029”, Martínez refirió que las finanzas, en realidad, se “encuentran regulares”, pero de la disciplina fiscal que se aplique en su administración dependerá la viabilidad del instituto, por lo menos durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Con información de Milenio.