Felipe Morales
Se les dice de plata pero valen oro, son los subalternos, están a la orden del matador que es el único que tiene el privilegio de vestir de oro en tanto que los integrantes de su cuadrilla adornan sus ternos o trajes con hilo de plata o pasamanería.
Sin embargo su función es primordial en la Fiesta Brava, en la lidia, y hasta han salvado de las astas de los toros a los diestros a quienes sirven. Ellos mismos mientras el toro permanezca en el ruedo están en latente peligro.
Picadores y banderilleros son los hombres de plata; San Luis Potosí es prolífico en toreros de esta clase: Moruchos, Meléndez, Reyna, Rivera, etc.
La Peña Taurina del Potosí festejó y reconoció la labor y trayectoria de un grupo de toreros de plata hoy en retiro pero que dejaron en los ruedos de las plazas huellas imborrables con puyazos cetreros y espectaculares, pares de banderillas eficaces y discretos, quites muchas veces providenciales.
El Centro Taurino Potosino lleno de tesoros y reliquias fue escenario para el festejo, para la ceremonia de entrega de reconocimientos a estos toreros.
Se trata de los picadores Ángel Devo con 35 años como profesional, Noé Alvarado “El Pescado” con un cuarto de siglo en la Fiesta, así como los banderilleros Jorge Reyna con 25 años como profesional, Asunción Rivera “El Quemadito” quien estuvo activo 31 años y Jaime Sánchez con 27 años en la tauromaquia.