En la conferencia mañanera en Palacio Nacional de este lunes participó el titular de la SEMARNAT, Víctor Toledo, no abordó el tema de la Sierra de San Miguelito como sería deseable que ya lo hiciera, para exponer los avances de los trabajos para emitir la declaratoria federal de Área Natural Protegida y la inclusión del polígono de 2 mil 69 hectáreas donde Carlos López Medina y sus socios pretenden construir el fraccionamiento Las Cañadas.
Habló de otro tema, del derrame tóxico en el Río Sonora, en el estado del mismo nombre, provocado por el Grupo México, propiedad de uno de los hombres más ricos del país, Germán Larrea Mota Velasco.
Los daños son graves y de largo alcance, ya que el secretario de Salud, Jorge Alcocer, presente en la mañanera, dio a conocer un plan de los tres niveles de gobierno para 15 años para atender a la población afectada y el deterioro ambiental, el agua sigue contaminada y el Grupo México no ha cumplido.
Mientras el gobierno federal le pone un alto al Grupo México en Sonora, en la capital potosina el ayuntamiento navista-panista no encontró motivos para frenar el mega proyecto en la antigua sede de la planta de Cobre con una inversión de 12 mil millones de pesos para una zona residencial y comercial al poniente de la ciudad, incluyendo un tren suburbano.
Es de malpensados suponer que solo por los buenos oficios del exgobernador Horacio Sánchez Unzueta y José Mario de la Garza, cabilderos de Larrea en la ciudad, se le dio el visto bueno a ese proyecto en el nuevo plan de desarrollo urbano del municipio que promueve el alcalde Xavier Nava.
Un predio de unas 400 hectáreas, contaminado con arsénico, plomo y cadmio, fue remediado por especialistas de la UNAM, apoyados por académicos de la UASLP, autoridades federales y estatales, además de empresas consultoras.
El trabajo final fue considerado un éxito, un modelo de remediación de suelos a nivel nacional, por lo que el IMPLAN ni Nava pueden decirle no al proyecto de Larrea, de una extensión e impacto menores al de Carlos López Medina.
Un problema a la vista es que cuando recién inició el gobierno de AMLO, la SEMARNAT le extendió a Larrea un permiso de 50 años más para que la peligrosa planta de Zinc siga operando a pesar de estar ya en la mancha urbana; el trámite venía desde el sexenio de Peña Nieto, y AMLO, a través de la SEMARNAT extendió el nuevo permiso.
En el cuarto taller de planeación estratégica, realizado por el IMPLAN en octubre, como parte de los trabajos del Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de SLP, se estableció en una síntesis del diagnóstico que la planta de Zinc representa: “Vulnerabilidad ante el cambio climático, deterioro ambiental, contaminación y riesgos”.
Frente a estos escenarios, a ciertos políticos cuando les conviene invocan la autonomía regional y se promueve una confrontación legal, política y social contra el gobierno central por decisiones que afectan a la comunidad local, como debería ser el caso para exigir el cierre de la planta de Zinc, pero no se ve quien se aviente este tiro, Larrea es muy seductor con el poder de su dinero.
En ese mismo cuarto taller del IMPLAN, se consideró que en la Sierra de San Miguelito hay una tendencia a la segregación socioespacial y la degradación del paisaje urbano y patrimonio”, aspectos, entre otros, que jugaron en contra de Las Cañadas. [Javier Padrón]