Marcela Loyola
El próximo mes la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), deberá de renovar 18 direcciones de las facultades, de estas 10 se pueden reelegir, por lo que varios piden que el proceso se lleve a cabo en total democracia y sin dedazos.
En su toma de protesta, Alejandro Zermeño Guerra como rector de la UASLP para el periodo 2020-2024, anunció una profunda reforma que confiera certeza, transparencia y democracia a la Universidad. Dichas palabras, generaron expectativa entre los catedráticos quienes esperan que el próximo proceso de renovación de direcciones se haga en medio de total calma y en democracia.
En este próximo mes de junio, los directores de 10 facultades podrían eventualmente renovar su periodo por cuatro años más, se trata de las facultades de Ciencias, Psicología, Ciencias de la Información, Ciencias de la Comunicación, Estomatología, Derecho Abogado Ponciano Arriaga Leija, Ciencias Químicas, Hábitat, Escuela Preparatoria de Matehuala y la Unidad Académica Multidisciplinaria de la Zona Media.
Mientras que ocho directores serán elegidos por primera vez que son las Facultad de Medicina, Facultad de Ingeniería, Facultad de Economía, Facultad de Enfermería y Nutrición, Facultad de Contaduría y Administración, Facultad de Agronomía y Veterinaria, Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, Unidad Académica Multidisciplinaria de la Zona Huasteca.
La comunidad universitaria confía en que se implemente un proceso democrático e incluyente, para la elección de los aspirantes a director, que rompería con el tradicional “dedazo”. Ya que, éste ha sido desafortunadamente el proceso de designación de directores para las Facultades en las últimas décadas, según comentaron profesores que buscaron quedar en el anonimato.
De acuerdo a algunos involucrados, el procedimiento por tradición, es la formulación de una terna claramente inclinada hacia un candidato, dicen “por el rector”, posteriormente los Consejos Técnicos, es decir los cuerpos colegiados elegidos democráticamente, sólo avalan los requisitos administrativos de los miembros de la terna, sin tener la oportunidad de opinar sobre la idoneidad de los candidatos ni sus planes de trabajo, mucho menos proponer a un miembro en la terna no contemplado por el rector.
Si bien es cierto que este procedimiento se encuentra en el estatuto orgánico de la UASLP, el rector tiene la capacidad y la autoridad para hacer este proceso más participativo y democrático, incluso sin la modificación de reglamentos. Lo único que se requiere es una disposición a escuchar y a atender las demandas de la comunidad.
Lo cierto es que hay expectativa para que permita la elección de los directores en un ejercicio abierto, plural, producto de propuestas que emerjan de los Consejos Técnicos de cada Facultad, como el actual rector promulgó en su campaña para ocupar el puesto.