[Javier Padrón]
A nadie debe sorprender el acercamiento de Morena con el Partido del Trabajo (PT) y el Verde Ecologista (PVEM) con miras a formar un bloque de izquierda en el 2021 contra el embrionario bloque de la derecha.
Ya en la pasada elección presidencial el PT fue un aliado de la 4T, de milagro logró conservar su registro, ahora a nivel local es dirigido por una expanista y exgordillista, Patricia Álvarez, que acabó con el control del casi vitalicio José Belmarez, criminalizado injustamente porque se echaba a la bolsa del saco los cacahuates sobrantes de las reuniones de comisiones legislativas.
Si en la izquierda pejista cupo la corriente evangelista-masónica del extinto Partido Encuentro Social en proceso de resurrección, hay lugar para el PVEM en manos de la gallardía con el diputado Emmanuel Ramos al frente tras la caída de Manuel Barrera Guillén, quien fue reubicado en una cartera del CEN sin figurar, está en una especie de voto de silencio y alimentando sus rencores hacia el carrerismo.
El Verde ha sido antes aliado del PRI y PAN, escandalizarse porque ahora se va con Morena es parte del espectáculo político. El rayo gallardizador aportará más votos que el PT y PES juntos; y a la coalición electoral y social que construye Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de Morena, se sumarán otras organizaciones de diverso signo, además de las que contribuyeron a la victoria aplastante de la 4T: las contradicciones políticas se desvanecen ante el pragmatismo electoral, ya nadie se debe rasgar las vestiduras por eso.
El santificado PAN no podrá ganar las elecciones por sí solo a la terrorífica dictadura comunista en ciernes. Pancho Aguilar lo debe entender, se ha mostrado receloso, necesitan aliados de ideología similar, en el fondo y forma el PRD y el MC son de derecha vergonzantes y están prestos a sumarse como lo hicieron el 2018, partidos que fueron durante muchos años sanguijuelas del arrastre de AMLO, al igual que el PT.
El escenario local que se plantea para el próximo año no será distinto al nacional, solo habrá de dos sopas, dos bloques, Morena o PAN como partidos centrales, los que decidan irse por su cuenta y riesgo no tendrán fortuna. Eso facilitará una reconciliación, temporal si usted quiere, entre el PAN y el matrimonio Calderón-Zavala, es lo que se vaticina; y a su lado reaparecerán los sinarquistas, tienen un local en la calle de Rayón como señal de que no han muerto; el navismo cupular y otras expresiones derechosas que pretenden restaurar el viejo régimen.
EL FISCAL NO ENCUENTRA AL “MONO BLANCO”
Este viernes se cumplen dos semanas de los destrozos del Congreso del Estado y el fiscal Federico Garza aún no ha detenido al presunto responsable Sebastián “N”, conocido como el “mono blanco”, sabe donde vive, quién es su madre y donde podría esconderse. Alguien muy poderoso lo está protegiendo. El montaje violento, de propósitos desconocidos, fue muy burdo y costoso en términos políticos para el gobierno estatal.
El presidente de la CEDH, Jorge Andrés López Espinosa, ha actuado muy sospechoso, en casos irrelevantes es muy protagónico, manda boletines minutos después de sucedidos los hechos y da gustoso entrevistas en serie. Esta vez se hace el huidizo.
MARQUEZ, IDEÓLOGO DE LA 4T
Hace poco se dio la noticia que la CNDH, que preside Rosario Piedra Ibarra, podría transformarse en una Procuraduría de Pobres, inspirada en el pensamiento de Ponciano Arriaga, víctima colateral de los desmanes del “mono blanco”. Lo que hizo recordar que el experto en el tema es Enrique Márquez Jaramillo, coautor de las Obras Completas de este patricio potosino, alma del constituyente de 1857.
No es descabellado pensar que Márquez, titular de Cultura de la cancillería de su cuate Marcelo Ebrard, se dé su tiempo para asesorar a Piedra. Lo hizo con el entonces presidente Carlos Salinas, le aportó la doctrina del liberalismo social arriaguista que el PRI adoptó como lema y esencia, y como se ha dicho, tratará de influir en el ánimo de AMLO para la designación del candidato de Morena a la gubernatura, le dirá que es lo que más le conviene a la rancia potosinidad.