Cuando la pandemia haya quedado atrás el mundo no debe volver a ser el mismo de antes, marcado por las desigualdades, con millones de personas viviendo en la miseria y con sus derechos humanos pisoteados, declaró hoy la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
“Debemos recuperarnos mejor. El mundo no puede volver al día cero antes del covid empezara, ese mundo estaba lleno de desigualdades, de miseria para demasiada gente, de hambre”, recordó en una conferencia de prensa para marcar el Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra cada 10 de diciembre.
Si esto no se consigue, y más allá de que haya vacunas para frenar al coronavirus, “habrá otras crisis, otras enfermedades que aparecerán”.
Como primera muestra de que los responsables políticos son conscientes de esto, Bachelet pidió una distribución equitativa de las vacunas que han mostrado ser efectivas y seguras, y que los países más ricos eviten acapararlas.
La alta comisionada dijo que “hay una vacuna para el hambre, la pobreza, la desigualdad y, si se toma en serio, para el cambio climático, y se llama derechos humanos”, cuya indefensión ha quedado expuesta por el COVID-19.
La pandemia ha marcado sin duda el año 2020, que está por terminar, y afectado muchos de los derechos y libertades más importantes del ser humano, incluidos los derechos a la libertad de movimiento y reunión pacífica, así como otros de carácter más social: el acceso a la salud, a la educación y a la alimentación.
En este contexto, Bachelet consideró que es grave que siga habiendo gobernantes que politizan la pandemia, que menosprecian las medida de prevención y que en algunos casos siguen hablando de inmunidad colectiva.
“Como si la pérdida de cientos de miles de vidas fuera un costo que se puede soportar fácilmente en aras del bien común”, lamentó.
Para la ONU, esta situación ha tenido un impacto muy negativo en la confianza hacia los gobiernos, pero también en los datos científicos y en las propias vacunas, lo que explica que haya tanta gente reticente a recibirlas.
El mundo generó las condiciones para que el COVID-19 tuviera las consecuencias que ha tenido, sostuvo la expresidenta de Chile, al recordar que si hubiesen existido redes adecuadas de protección social y económica la situación actual no sería tan mala.
“Esto se demostró cuando el virus se abrió paso entre instituciones mal preparadas y mal equipadas, como residencias de ancianos y discapacitados, orfanatos, centros de migrantes y prisiones”, enumeró.
Preguntada por las expectativas que tiene del próximo gobierno en Estados Unidos, Bachelet dijo que es indudable que genera esperanzas, en particular por las promesas del presidente electo, Joe Biden, de prestar mayor atención a los derechos humanos y volver a colaborar con las instituciones multilaterales.
Mencionó en particular la voluntad de Biden de revocar las políticas abusivas contra los inmigrantes, en particular la separación de los niños de sus padres; detener la construcción del muro en la frontera con México y volver a la Organización Mundial de la Salud, de la que Donald Trump retiró a su país.
A modo de anécdota, la alta comisionada dijo que conoce muy bien a Biden porque cuando era vicepresidente en la administración de Barack Obama estaba encargado de las relaciones con América Latina, y solía llamarla -siendo ella presidenta de Chile- cuando necesitaba una opinión de algo que ocurría en la región.
Sin embargo, dijo que no le ha llamado aún, porque cree que Biden debe estar muy ocupado en la transición del gobierno.
Sobre este periodo, Bachelet dijo que entre el 10 de diciembre y el 15 de enero están programadas cinco ejecuciones a nivel federal en EE.UU. y que su oficina está pidiendo que sean revisadas para evitar que sean realizadas de forma arbitraria o discriminatoria.
Fuente: EFE.