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Suicidio en México: Día mundial de la prevención del suicidio

En México cada vez son más las personas que mueren a causa del suicidio. Sin embargo, son varias las acciones que la sociedad puede realizar para prevenirlo y ayudar a las personas que se encuentren vulnerables.

El suicidio en México ha incrementado y se mantiene al alza, cada año el número de personas que mueren por esta causa sube. En 2021 hubo 8 mil 447 muertes por esta razón. Lo que significó un aumento de casi 7 por ciento respecto a 2020, cuando ocurrieron 7 mil 896, de acuerdo con los indicadores de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Además, el año pasado el Inegi registró la cifra más alta de suicidios desde 1994, según el Inegi en promedio 23 personas se quitaron la vida al día. Los hombres fueron los más afectados, ya que en el 81.24 por ciento de los casos, es decir 6 mil 863, ellos perdieron la vida por esta causa. El resto fueron mujeres.

Las entidades que registraron la mayor cantidad de homicidios fueron el Estado de México, con 942; Jalisco, con 728, y Chihuahua, con 573. Los tres estados concentraron el 26.5 por ciento de las personas que murieron por esta causa.

¿Qué podemos hacer para prevenir el suicidio?
Alejandra Torres, especialista en psicología social, explicó a Grupo Fórmula que la prevención está relacionada con la información. Por lo que es necesario informarse sobre el suicidio con fuentes especializadas en el tema, ya sea con médicos, psicólogos, folletos, libros o sitios especializados en salud mental.

“Si los padres de familia, escuelas, amigos, compañeros o jefes de trabajo, tuvieran la noción sobre cuáles son los factores de riesgo o las posibles señales, podríamos generar una red de apoyo importante para quienes se encuentran en esta situación de vulnerabilidad emocional”, señaló en entrevista con Grupo Fórmula.

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Asimismo, explicó que algunos factores de riesgo que pueden incrementar la vulnerabilidad de una persona y llevarla a una conducta suicida son:

Situaciones estresantes o pérdidas, como un divorcio, separación, muerte de un ser querido, la pérdida de empleo, deudas, problemas legales, conflictos en relaciones interpersonales, violencia, intentos previos o suicidios en su familia.
Así como uso o abuso de alcohol o drogas, aunado a la incapacidad de resolver conflictos o dificultad para superar el dolor o tomar decisiones.
Además, añadió que el contexto sociocultural también incide; pues hay grupos más vulnerables y discriminados que también están en riesgo, como las personas refugiadas, migrantes, pueblos indígenas, lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales, intersex, incluso los reclusos.

Hay una relación directa entre el suicidio y los trastornos mentales, de acuerdo con la especialista, como son la depresión, la ansiedad, la bipolaridad, la esquizofrenia o inclusive afectivos o de la personalidad.

No obstante, es posible que un suicidio se realice de forma impulsiva en personas que no padecen ningún trastorno en momentos de crisis.

“Por eso, reitero que de alguna manera tener conocimiento acerca de este tema, difundirlo en espacios públicos o privados, nos ayudaría a reconocerlo, a prevenir y sobre todo a facilitar el acceso a la atención. Este es el trabajo conjunto que podemos hacer individuos, familias, escuelas, empresas, medios de comunicación y gobierno, informarnos para reconocerlo, difundirlo y facilitar el acceso a la atención”, destacó.

¿Cuáles son las señales para saber que una persona está en riesgo de cometer un suicidio?
Los factores de riesgo y las señales que anteceden a un proceso suicida son distintas, detalló Alejandra Torres. Aunque a veces pasan inadvertidas o no se les toma con seriedad.

Algunas señales que pueden ayudar a identificar un suicidio y prevenirlo son:

Si una persona tiende a alejarse de los demás, no mantiene relaciones cercanas con la gente que le rodea y prefiere estar sola.
Expresar tristeza y desesperanza: se encuentran tristes la mayor parte del tiempo y sus expresiones verbales o no verbales reflejan el sentimiento de no encontrar una alternativa de solución ante una situación.
No tener expectativas a futuro.
Pérdida de interés en las actividades cotidianas: comienzan a mostrar indiferencia ante las cosas que antes realizaban.
Cambios en hábitos alimenticios: comen mucho o dejan de hacerlo y pueden presentar trastornos alimenticios.
Modificaciones en la forma de dormir: los horarios y tiempos habituales que eran empleados para el descanso van cambian.
Comportamiento y pensamientos son autodestructivos: tienen conductas y formas de pensar que pueden ser dañinas, como autolesiones, pensamientos o palabras de descontento, de desaprobación y de rechazo hacia uno mismo.
Exposición constante a situaciones que ponen en riesgo su integridad física y su vida.
Hablar constantemente sobre la muerte: hay un gran incremento en la forma de hablar referente a la muerte y todo lo que esto implica.
Regalar sus pertenencias: el sujeto puede presentar esta conducta de deshacerse de sus cosas personales para dejar un recuerdo en los demás o simplemente regalar las cosas que ya no podrá usar, incluyendo algunas que sean significativas.
Despedirse de personas cercanas: expresar palabras de despedida a seres cercanos o lo que le gustaría que pasara si él o ella muriese.
Expresar que nadie la quiere o la necesita, que no la van a extrañar o que a nadie le importa.
Presentar ataques de llanto sin explicación: son repentinas apariciones de llanto sin una razón o pueden presentar más irritabilidad, intolerancia, desesperación exacerbada.
La máxima expresión podría ser escribir una carta de despedida en la que incluya sus pensamientos, emociones y se despida o explique las causas de este acto.
¿Cómo ayudar a una persona que tiene riesgo de cometer un suicidio?
La especialista advirtió que en la mayoría de los suicidios hay señales previas que permiten identificar que una persona puede llevarlo a cabo, son escasos los casos donde no va a haber una advertencia antes de cometerlo.

“Por eso es importante que todos estos avisos o señales de las que te hablé anteriormente sean tomadas en serio con la importancia que tiene, ya que justo puede ser el momento decisivo para actuar y evitar el suceso”, subrayó.

Las personas que sean cercanas a alguien que se encuentra en una situación de vulnerabilidad emocional y haya riesgo de un suicidio, pueden acompañarle y pasar tiempo, sin forzar u obligar, de acuerdo con Alejandra Torres.

“Permitir el desahogo personal, hablar sobre depresión, tristeza, desánimo o desesperanza que la persona pueda estar pasando es bien importante. A veces no queremos tocar temas negativos porque tenemos la idea de que en lugar de ayudarle, lo vamos a hundir más en la tristeza y esto es completamente falso”, resaltó.

La especialista dijo que de esa forma se convertirán en una red de apoyo y también puede ayudar el recordarles algún momento o experiencia agradable, ya que eso contribuirá a que quien pudiera cometer un suicidio reconecte con el sentido de la vida.

De igual manera es importante no retar, ni contradecir a quien se encuentre en riesgo de cometer un suicidio como una forma de hacerle ver que no puede, no tiene el valor de hacerlo o que sólo quiere llamar la atención. Ello, debido a que podría resultar contraproducente.

También es necesario evitar discutir con la persona que pudiera cometer el suicidio, pues al estar en un estado vulnerable se mostrará sensible, intolerante e irritante y en lugar de ser un apoyo, se va a generar un bloqueo. Lo que va a provocar que en ese momento dejen de ser una opción de ayuda.

Si la familia, amigos y personas cercanas involucran a la persona que se encuentra en la situación de riesgo en actividades, como salir a caminar o hacer ejercicio, y que puedan realizar en conjunto también será benéfico para su salud mental.

“Si la persona en riesgo desea estar sola, se le puede dejar, ya podría servirle para reflexionar, pero hay que tener cuidado porque si creemos que al dejarla, el suicidio podría presentarse, hay que insistir en que no debe (aislarse)”, apuntó.

Alejandre Torres mencionó la importancia de alejar a la persona con riesgo de suicidio de medicamentos, sustancias u objetos con los que pudiera hacerse daño; cambiar de lugar el botiquín, los medicamentos en casa, objetos con los que pudiera hacerse daño, como agujetas y estar al pendiente porque el riesgo está latente.

Igualmente es importante tener “a la mano” teléfonos de servicios de emergencia y de familiares que pudieran ayudar; así como buscar ayuda de un especialista que brinde acompañamiento.

Otros factores de protección son relaciones personales sólidas con amigos, compañeros de trabajo, es decir, que cuentan con personas que los puedan apoyar.

“Es importante no bajar la guardia con el acompañamiento, que todas las personas de su red de apoyo estén muy cercanos a ellas porque los actos pueden realizarse en estado de manía o bajo consumo de sustancia, pero también hay suicidios consumados que ocurren cuando ha pasado la tormenta; pareciera que está estable, pero en 2 o 3 semanas se vuelve a realizar otro intento que sí llega a consumación”, apuntó.

La especialista aseguró que no es necesario ser profesional de la salud para brindar ayuda a una persona que se encuentra en crisis, basta con acompañar, escuchar, sin regaños y sin juicios, y proporcionar contención inmediata. No hay que abandonar a quienes se encuentran en peligro, resaltó.

¿A qué instituciones podemos recurrir para prevenir el suicidio?
En caso de que una persona cercana llegue a cometer un intento de suicidio hay que llamar al 911 y solicitar una ambulancia para que reciba atención médica en un hospital.

Mientras que cuando se trate de una urgencia psiquiátrica con sujetos potencialmente suicidas, los familiares pueden acudir al Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, al Instituto de Psiquiatría Ramón de la Fuente o al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía para que ahí los valoren, reciban atención ambulatoria e internamiento si lo necesitan.

Alejandra Torres agregó que si se trata de una situación no crítica, no es necesario a acudir a instituciones médicas, pero sí realizar acciones. Así que pueden llamar a líneas telefónicas gratuitas que brindan atención psicológica las 24 horas al día, entre las que se encuentra la Línea de la vida y el número es el 800 911 2000 y la Línea de Atención de la Prevención del Suicidio al 55 55335533.

Hay otras líneas telefónicas que brindan atención de manera gratuita y pueden servir en casos de emergencia, aunque no son especializados en el suicidio, son el Centro SIMI de Salud Emocional, cuyo número es el 800 9113232, funciona las 24 horas, los 365 días del año, igual que el Locatel que es el 5556581111.

Con información de: Radio fórmula

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