La pandemia del COVID-19 todavía no ha terminado, una prueba de ello es que hay dos nuevas subvariantes de ómicron: BQ.1 y BQ.1.1, mejor conocida como “perro del infierno”. Pero, ¿por qué se le llama así? Te decimos.
La subvariante comenzó a ganar terreno en Estados Unidos, pues el 27 por ciento de los contagios registrados al 29 de octubre correspondía a ella, de acuerdo con The Conversation.
Aunque también se ha identificado su presencia en Reino Unido, así como en Alemania; además el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) clasificó a BQ.1 como una variante de interés.
El 25 por ciento de los contagiados en Francia y el 10 por ciento de los nuevos contagios en Bélgica corresponden a “perro del infierno”, según el medio AS de España.
Se prevé que para principios de diciembre más del 50 por ciento de los contagios de COVID-19 sean de ambas variantes, de acuerdo con estimaciones de modelos del ECDC. Mientras que para principios del 2023 podrían ser más del 80 por ciento de los casos.
¿Por qué la nueva subvariante de COVID-19 se llama “perro del infierno”?
Las nuevas subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 han sido denominadas como Cancerbero o Cerbero, quien era el perro de tres cabezas del dios Hades en la mitología griega.
Para los griegos antiguos Hades era tanto el inframundo como el dios del mismo. De ahí el nombre de “perro del infierno”.
¿Cuáles son los síntomas de la variante “perro del infierno?
De acuerdo con el medio Italy24, la nueva subvariante “perro del infierno” tiene síntomas semejantes a otras variantes de COVID-19:
- Resfriado agudo
- Dolor de cabeza
- Fiebre
- Tos
- Dolor de garganta
El medio también señala que la subvariante de COVID-19 Cerberus es muy contagiosa, pero que el ECDC no lo consideró más grave ni mortal que Omicron.
Con información de: The Conversation, AS e Italy24