Una joven vallisoletana ha muerto este viernes por el ataque de un elefante en Tailandia. La turista, Blanca Ojanguren García, estaba bañando al animal cuando, al pasar por delante de él, le clavó uno de sus colmillos. Esto le provocó unas heridas por las que murió poco después. El suceso ha ocurrido en el centro de paquidermos Koh Yao Elephant Care, en la ciudad de Yao Yai, en el mar de Andamán, según un polícia y una trabajadora del centro, quien explicó que la turista se encontraba bañando al elefante. La fallecida era estudiante de quinto curso de derecho y relaciones internacionales de la Universidad de Navarra, ha informado este centro educativo, a cuyo Club de Seguridad y Defensa pertenecía.
“El Consulado en Bangkok está en contacto con los familiares, ofreciendo toda la asistencia consular necesaria”, han precisado las fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha lamentado la muerte de la joven, que había residido junto a su familia en la capital castellano y leonesa y había estudiado en el colegio Pinoalbar, donde cursó bachillerato con una alta calificación: 9,89 puntos.
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Según detallan Diario de Valladolid y El Norte de Castilla, la joven vallisoletana, perteneciente a una familia de militares, tenía 22 años. En los últimos meses había realizado prácticas profesionales en la sección de protocolo del Cuartel General de la Armada en Madrid, donde había colaborado organizando actos militares y antes, en 2022, hizo otra pasantía en una empresa de asesoría técnico-jurídica en Madrid.
Lavar a los elefantes constituye una actividad habitual en los centros de esparcimiento de elefantes en Tailandia. También participan en espectáculos para turistas para sufragar los costes de sus cuidados. Se trata de la primera muerte por el ataque de un elefante en 2025. En los últimos 12 años, se han producido 240 accidentes mortales, aunque la mayoría se deben a animales salvajes que invaden las áreas habitadas por personas debido a la pérdida de su hábitat natural. En 2024 murieron 39 personas por este motivo.
El Departamento de Parques Nacionales de Tailandia calcula que más de 4.000 elefantes salvajes viven en los santuarios, parques nacionales y reservas naturales de Tailandia, una población en aumento aunque aún muy por debajo de los 300.000 paquidermos que poblaban el país hace más de un siglo. Se estima, además, una población similar de elefantes domésticos en el país, la mayoría de ellos utilizados en espectáculos destinados a turistas. Antiguamente, miles de elefantes eran usados en la industria maderera, pero cuando la tala se prohibió en 1989 los paquidermos comenzaron a ser exhibidos en las calles para pedir limosna —algo que ya no se observa en el país— y en centros de espectáculos lúdicos.
Con información de: El País