Potosinoticias.com
OpiniónPORTADA

Mesa Revuelta/¿Terna para el CEART?

El proyecto del Centro de las Artes en la antigua prisión porfirista de la avenida Juárez fue iniciado por Fernando Silva Nieto, lo concluyó Marcelo de los Santos con mucho boato y cero sustancia como era su estilo, vino el militarista Felipe Calderón a la inauguración, desde entonces las grandes expectativas han quedado en eso.

El CEART ha servido de refugio de una burocracia privilegiada, improductiva y mareadora que raya en el parasitismo, se le ha dado un manejo excluyente que pone en duda su carácter público y la gratuidad en cursos y talleres; y a todo lo que sea foráneo se le abren las puertas y los recursos, y lo de casa no tiene talento ni merece apoyo.

Desde su creación, está reprobado en transparencia y rendición de cuentas.

Además de cobrar la entrada, funciona como salón de fiestas para familias de renombre, hay que tener influencias políticas y mucho dinero para celebrar bodas y eventos sociales; mercado dominical de chucherías y productos orgánicos, y para acomodar en la nómina a amigos y parientes sin perfil ni experiencia.

La idea de construir el museo de Leonora Carrington ha generado una afluencia de visitantes, de otra manera el CEART lucía desolado la mayor parte del tiempo.

En el CEART ha dominado un matriarcado porque ha tenido tres directoras pero han pasado de noche: la “máster en edición” Déborah Chenillo Alazraki, la historiadora Magdalena Mas Fuentes y la diseñadora Laura Elena González, quien recién dejó el cargo por otro con un mayor sueldo, más proyección y prebendas en el austero gobierno de la Cuarta Transformación.

Desde el inicio de la gestión carrerista, González hizo mancuerna con Enrique Márquez Jaramillo, quien cobraba como “asesor cultural” 30 mil pesos mensuales, y entre otros eventos organizaron un infumable pero costoso festival de cine para favorecer a su prole, y con la llegada de su amigo Marcelo Ebrard a la Secretaría de Relaciones Exteriores, Márquez se subió al barco y se llevó a González para que le hiciera la talacha en el área cultural.

Se ha desatado la especulación sobre la persona que sería designada como directora o director del CEART, hay un patronato con la facultad expresa para hacer el nombramiento, en los hechos es decorativo y será González quien le susurre al gobernador Juan Manuel Carreras el nombre de quien la suceda en el cargo, seguirá siendo una de sus ínsulas de poder.

Podrían ser consultados como mero formulismo y cortesía, el secretario de Cultura, Armando Herrera, y Eudoro Fonseca, secretario del ramo en los tiempos del horaciato, ya que le atribuyen tener de nuevo influencia en la política cultural potosina.

En una posible terna que se menciona en la burocracia y comunidad culturales que están expectantes, estarían: el ganadero taurino Manuel Gameros Hidalgo Monroy, en funciones de director general de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura, recomendado -dicen­- del poeta Eudoro Fonseca; Fernando Carrillo, primer secretario de Cultura del toranzato, lo tumbaron a “periodicazos”, rodeado de ineptos no pudo con el paquete, se le incluye de relleno; y Ana Cecilia Motilla, también funcionaria de la SeCul, es directora general de organismos, también protegida de Fonseca.

La moneda está en el aire, no se descarta una sorpresa, el partido dominante, Morena, podría presentar a sus recomendados con una visión “populista” de la cultura para que no llegue un o una prianista. [Javier Padrón]

Notas Relacionadas

Muere Paco Villa, comentarista deportivo, a los 54 años

Edición PotosíNoticias

Xavi en el Teatro del Pueblo de la Fenapo 2024

Edición PotosíNoticias

GALERÍA Marchan contingentes en san Luis, por el primero de mayo

Edición PotosíNoticias

Déjanos tu Comentario