El diputado del Partido Verde, Edgardo Hernández Contreras, ha convocado a una singular “Marcha por la Paz” para este sábado 6 por la mañana, en la que participarían lo mismo ciudadanos hartos de la inseguridad que policías que al parecer no han recibido una homologación salarial.
El convocante es un diputado polémico, por lo menos una vez a la semana pide la renuncia de todo el gabinete de seguridad, alza la voz lo mismo desde la tribuna que en declaraciones banqueteras, se mete sin vacilar en el tema minado de la inseguridad y reprueba a los altos mandos policiacos, ante el asombro del resto de los integrantes de la Legislatura que evitan criticar la estructura policiaca por la falta de resultados.
Hernández tiene un largo historial como funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y la Procuraduría General de la República, conoce las entrañas de las corporaciones policiacas y el sistema de justicia, pero hasta ahora ni en el Congreso ni en el gobierno estatal parecen tomarlo en serio.
Patinó feo cuando, desde la tribuna legislativa, lanzó improperios misóginos contra la diputada del PRI, Beatriz Benavente, quien lo denunció ante la Fiscalía General del Estado y se supone que hasta le asignaron dos policías como escolta personal porque se sintió amenazada en su integridad por el diputado verde.
Al parecer por ese hecho, el “Congreso Calificado” de José Mario de la Garza en la primera evaluación trimestral de la Legislatura, le puso a Hernández una tacha por “conducta notoriamente perniciosa”.
Hay quien lo recuerda en sus años de juventud como proclive a la agresión física al menor pretexto y durante unos años de residencia en Chicago habría afinando sus habilidades para pelearse a puño limpio; y después de sus desafortunadas referencias contra Benavente y otra legisladora, desde las redes se difundió una nota roja de cuando fue detenido por un riña en Carranza.
Hasta ahora, no se sabe si la dirigencia estatal o nacional del PVEM lo haya reconvenido por su desempeño en la legislatura del cambio. Lejos de bajarle al tono de sus posturas y críticas, organizó esta marcha sabatina que, sin duda, tiene motivos de sobra para realizarse y muchas más porque los índices de inseguridad se han disparado sin que se advierta alguna preocupación de los tres niveles de gobierno, y los demás partidos han soslayado el tema.
La actitud de Hernández puede explicarse en esa relación de amor-odio que tiene el PVEM con el gobernador Juan Manuel Carreras, quien a pesar de los agravios recibidos desde el inicio de su gestión mantiene a la titular de la SEGAM, Ivette Salazar, militante de ese partido pero cuya actuación en ese cargo ha sido muy cuestionada por su falta de resultados.
El líder del PVEM en la entidad, Manuel Barrera Guillén, salió indemne de los escándalos de la pasada legislatura y fue un aliado del gobernador Carreras, ahora es su detractor y recién fue designado secretario de Acción Electoral del Comité Ejecutivo Nacional, y en las elecciones del 2021 veremos a los ecologistas como socios de la Cuarta Transformación. (Javier Padrón)