Un pescador fue rescatado de las aguas del Atlántico tras permanecer 11 días a la deriva luego de que su embarcación se hundiera.
Romualdo Macedo, de 44 años, logró sobrevivir gracias a que se metió dentro de un congelador, en donde fue localizado cerca de las costas de Surinam el pasado 11 de agosto y apenas el martes regresó a la ciudad de Belén.
El hombre narró que salió a pescar con su embarcación desde Oiapoque, al norte de Brasil, con rumbo a la Isla de los Monos en la Guyana Francesa.
Pero todo cambió en unos instantes cuando noto que su barco comenzó a hacer aguas hasta que finalmente se hundió en medio del océano, por lo que tuvo que improvisar para salvar su vida, así que se metió en un congelador que llevaba con él.
“Ese congelador era Dios en mi vida. Lo único que tenía era el congelador. Fue un milagro”, dijo Romualdo.
La marea permitió arrastrar el congelador hasta aguas pertenecientes a Surinam, donde fue encontrado por pescadores de otra embarcación.
Al momento de su rescate, Romualdo se encontraba muy desorientado y deshidratado, pues no había tocado bocado ni bebido agua por 11 días, además estaba sufriendo un golpe de calor.
“Escuché un ruido y había un bote encima del congelador. Solo pensaron que no había nadie allí. Luego se detuvieron lentamente, mi visión ya se estaba desvaneciendo, entonces dije: ‘Dios mío, el barco’. Levanté los brazos y pedí ayuda”, dijo Romualdo.
Pero su aventura de supervivencia fue más allá pues narró que también tuvo que enfrentarse al miedo de ser devorado por alguna criatura marina, como un tiburón.
“Los tiburones rodeaban el congelador, pero se fueron. Pensé (que me atacarían). Me quedé arriba, no dormí, no dormí. Vi el amanecer, el atardecer, pidiéndole a Dios que envíe a alguien a rescatarme”, narró.
Y aunque logró sobrevivir a esta difícil prueba Romualdo fue detenido en Surinam, en donde fue investigados como inmigrante ilegal debido a que no contaba con una identificación, sin embargo, al darse cuenta que se trató de un accidente, lo dejaron ir y fue repatriado a través de un vuelo que lo llevó a Belém, en Pará.
Con información de: Excélsior