Maribel Zúñiga Martínez, trabajadora del Instituto de Desarrollo Humano y Social de los Pueblos y Comunidades Indígenas (INDEPI), denunció por segunda ocasión discriminación por parte de los funcionarios estatales de dicha dependencia.
Expuso que este jueves fue reinstalada en compañía de la actuaría, luego de cuatro años de lucha por despido injustificado por discriminación, pero tan solo 50 minutos después le notificaron de manera verbal su despido.
Abundó que fue el jurídico del INDEPI, Eduardo Herbert, acompañado de una persona que dijo llamarse Genaro López, quienes le notificaron que no había presupuesto para su reinstalación, por lo que estaba despedida y la conminaron a dejar la oficina.
Ante la renuncia de dejar el lugar de trabajo donde la acababan de reinstalar, dos policías estatales se presentaron para desalojarla, por lo que accedió de manera voluntaria a salirse por temor a que le hicieran algo, y decidió permanecer en el área de recepción hasta que concluyera su jornada laboral.
La víctima recordó que hace 4 años también fue despedida de manera justificada por discriminación, puesto que la titular en aquel entonces le manifestó que tenía compromisos políticos que cumplir y requería también gente de su confianza, esto pese a que era la única indígena y hablante de lenguas originarias del instituto.
Agregó que para ella fue un acto de discriminación, por lo que presentó la denuncia y después de 4 años y lucha fue reinstalada, pero nuevamente sufrió otro acto de discriminación por los nuevos funcionarios.
“Me dijeron que estaba nuevamente despedida, que no había presupuesto, y no es posible que no haya presupuesto porque mi vacante ya estaba anteriormente, y las funciones se siguen realizando, por lo que nuevamente veo que existe un acto de discriminación hacia mi persona por la condición de ser indígena y es por ello que estoy señalando estos hechos, y si no había presupuesto se lo hubieran notificado a la actuaría que vino a llevar a cabo la reinstalación pero no lo hicieron y después de que ella se fue de manera de presión de cinco a seis personas fueron al lugar donde me habían dejado, y posteriormente llamaron al oficial que está en recepción para que me sacara pero como no quise salir porque no hay un documento que señale que estoy despedida, mandaron llamar a los oficiales, por eso me quedé en la recepción porque no se me permite el acceso”, relató.
Cabe destacar que después de que fue desalojada la trabajadora de la oficina, está fue cerrada con candados y ante la petición de los medios de comunicación de tomar una foto, la oficial que se encontraba en la entrada negó el exceso de manera prepotente, además que el jurídico dijo que atendería a la prensa pero los hizo esperar más de media hora y no salió a dar entrevista.