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Opinión

Galería de Diversos | La UASLP deseable y posible

Jorge Ramírez Pardo

La Universidad Autónoma de San Luis Potosí, UASLP, en su vértice cupular directivo, acaba de vivir un proceso de innovación que pudiera/debiera ser considerado tan sólo el inicio de una secuela de cambios necesarios y hasta urgentes. El rector electo, Dr. en Medicina Alejandro Zermeño Guerra, releva al maestro en Arquitectura Fermín Villar Rubio, por primera vez en medio siglo se dobló el dedazo, esto es, que el rector saliente imponga a su sucesor.

Por más que, cada tanto, la inconsistente y gris área de prensa de la administración saliente, presuma a la UASLP –con certificaciones remotas de incierta procedencia- como una de las mejores universidades del país; aunque lo fuera en lo académico, dista de ser una institución proyectada hacia la sociedad y con una vida interna con debate y no sólo con propaganda auto-elogiosa.

Durante los regímenes pri/panistas estatales y capitalinos, para mal y para bien, esta institución de carácter público, surtió buena parte de los cuadros gubernamentales directivos y procedió en diversos flancos con criterios como de propiedad privada –al servicio de los rectores/pontífices en turno- no exentos de una suerte de idiosincrasia puritana con matices, incluso, levíticos oscurantistas.

Grandezas y miserias

  • De 30 años a la fecha, la academia en la UASLP, ha estado por encima de sus autoridades; comportadas estas más como detentadoras de poder; y no de servicio y escrutinio evaluativo; insistentes en crecimiento cuantitativo.
  • Los Veranos de la Ciencia y los intercambios estudiantiles con numerosos países han dado una apertura de horizonte a la Universidad, no sólo en cuanto al crecimiento científico, sino el desarrollo humano y visión amplia de los universitarios.
  • La pertenencia a ANUIES -Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior-, contribuyó a descentralizar recursos nacionales y a mejorar las plantas académicas, pero también a quitarle los aires pueblerinos a universidades como estas, hace 30 años reacia a incorporar científicos procedentes de otros contextos.
  • Un ejemplo de lo antes consignado. Cuando el área académica de Comunicación tenía rango de Escuela, su encargado –hoy empleado en el área de Comunicación del gobernador Carreras- dixit: “Procedes de la UNAM y eso no me garantiza que seas incondicional a mí y al rector; mientras en mí esté la posibilidad, no darás clase en la UASLP”.
  • Fueron tiempos de oscuridad relativamente abatidos con la apertura a científicos procedentes de fura, cuando el surgimiento la Escuela Superior de Estudios Antropológicos, de El Colegio San Luis y del Instituto Potosino de Investigación Científica Y Tecnológica, surgieron con esa modalidad y pusieron en duda el remarcado slogan de “máxima casa de estudios”. Ello forzó a la UASLP a remover sus inercias y a devolver las áreas humanísticas ausentes durante 40 años. Esto también ha propiciado debate interno y expresiones estudiantiles, de manera remarcada las femeninas en búsqueda de respeto y equidad.
  • La promoción de la expresión artística y la difusión, con eventuales excepciones y en nichos específicos, se ejerce como un ejercicio amateur, es decir, de aficionados.
  • El amateurismo –también con excepciones- se remarca en Radio Universidad, donde, como sucede con la academia, la programación se sostiene por algunos programas elqborqdos gratuitamente por profesionales; pero el conjunto del trabajo de la estación carece desde hace también 30 años de un dirección idónea; la conducción de la estación ha sido adjudicada como cuota de favores a Rectoría y no como un ejercicio articulado con programa de trabajo, claridad de rumbo, evaluación y medición de impacto con audiencias. A ello se debe agregar un descuido notorio en la calidad técnica de la señal de transmisión.
  • Las Ferias del Libro son un hito para la pobre difusión cultural de la institución, sin embargo, a diferencia de sus puntos de inspiración la Fería del Palacio de Minería de la UNAM y la Internacional de Guadalajara, los costos de los libros son altos. Le enriquece sí, los eventos culturales y divulgativos que la Universidad no tiene de manera regular y continua el resto del año.
  • También en las excepciones, durante la última administración, el Centro Cultural Caja Real se ha distinguido por la calidad y museografía de sus exposiciones, pero, igual que el conjunto de actividades universitarias, carece de promoción y difusión adecuada.
  • El área de prensa universitaria y sus órganos impresos de comunicación interna parecen una trinchera amedrentada cuyo único objetivo es promover las actividades del rector, los logros en competencias y los avances científicos en relegado tercer sitio. El “equipo” de comunicación endógena y anodina ha permanecido, el mismo, durante los últimos 8 períodos de mando (2 x 4 rectores reelectos).

Fonca, ¿deja de ser el Fobapora de la Cultura?

En tiempo de Corona virus y sugerencia de Sana Distancia, uno de los anuncios provocador de gran nerviosismo fue la presunta desaparición de fideicomisos del sector Cultura.

Como en este espacio de galerías se ha mencionado en las dos inmediatas entregas anteriores, el fideicomiso Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, ha proyectado durante 30 años de existencia un carácter elitista que favorece a unos cuantos consentido de notable sumisión al privilegio y deflación productiva. Patalearon, berrearon, luego se hicieron ofendidos cuando Irma Eréndira Sandoval, la secretaria de la Función Pública, se refirió al Fonca como programa donde hay compadrazgo.

No desaparece, pero, se promete que habrá una renovación. Algo difícil de aplicar en el contexto potosino donde se ejerce un cacicazgo grupal en el sector Cultura, con una duración similar a la edad del Fonca.

Quien ha tenido una reacción pro activa e inteligente es Alejandra Fraustro, secretaria de Cultura federal. Quedémonos, lector, con una reflexión suya y, ojalá, sus equivalencias locales ingresen a una dimensión de cordura y laboriosidad:

“La cultura es un eje transversal de la transformación social, la cultura no está en riesgo y menos de un gobierno emanado de un movimiento social de izquierda. Sería impensable atacar a un sector como éste, fundamental para la transformación y para lo que vamos a hacer como reconstrucción de la sociedad una vez que regresemos a las calles. Las circunstancias nos obligan a replantearnos todo lo que entendemos como normalidad y el campo cultural está haciendo frente a ello.

“Con o sin fideicomisos, la cultura sirve como instrumento de transformación social, de desarrollo del país (…) La única misión fue poner orden para que las instituciones sean más eficientes, más cercanas a la gente.

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