A sus 24 años Mahvash Leghaei cumplía uno de los momentos más esperados por cualquier mujer al celebrar su boda en Irán; sin embargo, la felicidad se transformó en tragedia cuando la novia recibió un disparo en la cabeza durante se llevaba a cabo la ceremonia nupcial.
En Irán, es una costumbre que se realice una exhibición con armas de fuego durante las celebraciones de bodas y de acuerdo con los informes policiacos, uno de los invitados quien fue identificado como uno de los primos del novio, fue el asesino de Mahvash Leghaei.
El hombre utilizó un rifle de caza sin licencia para lanzar disparos para conmemorar el inolvidable momento que vivía su primo junto con su nueva esposa. Sin embargo, tras hacer el primer disparo con éxito, el segundo tiro hirió a dos hombres y además atravesó el cráneo y el cerebro de Mahvash, según informó el New York Post.
El terrible accidente sucedió al sur de Irán en la ciudad de Shiraz. Un portavoz de la policía, el coronel Mehdi Jokar, atribuyó el fallo de la celebración marital a las “multitudes” y a un “control deficiente del arma”.
El tirador huyó de la boda
Tras haber disparado y herir a las dos personas además de la novia, el tirador cuya identidad no fue revelada, escapó de la festividad junto con el rifle de caza que accionó. No obstante, el responsable de la tragedia fue finalmente capturado por la policía poco tiempo después.
“Naturalmente, cualquier perturbación del orden público como esta cruza la línea roja con la policía, y la gente necesita saber que, para crear una comunidad segura, está prohibido disparar en las bodas”, aseveró Jokar. “Tomaremos medidas duras contra cualquier persona que infrinja esta regla”, agregó.
Mahvash era una trabajadora social que ayudaba a las personas adictas a las drogas a que lograran vencer la tentación del consumo de estupefacientes. Tras su muerte, su familia donó sus órganos para tres beneficiarios, siguiendo el deseo de la joven novia que el día de su boda fue el último que pudo disfrutar junto con su seres queridos.
Con información de: El Heraldo