Felipe Morales
Hace poco más de cuatro años, el 7 de junio del año 2019, es la fecha que será recordada como la última ocasión en que éste fuerte púgil profesional, subió a un ring calzándose los guantes, día en que también, comenzó su pelea más difícil, una vida saludable.
Aquélla noche en Ixtapa, una y otra vez los puños del campeón potosino Jonathan “Titán” Rodríguez, asestaron violentamente la cara y cabeza del “Gallito” Orucuta, hasta que el réferi detuvo la pelea, para que, minutos después, se desvaneciera sobre el ring y los servicios médicos tuvieran que reanimarlo y llevarlo de emergencia a un hospital.
Orucuta se desplomó a consecuencia de un hematoma subdural, coágulo formado por un traumatismo craneal grave. Ésta acumulación de sangre entre la cubierta del cerebro, llamada duramadre y la superficie cerebral, es considerada, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, como letal para el ser humano.
Un lamentable accidente deportivo que sin embargo ha mantenido al púgil de San Luis Potosí, Jonathan Rodríguez al pendiente del desarrollo y evolución de su rival en algunos rounds y amigo toda la vida.