Los millones “invertidos” en el plebiscito para buscar la municipalización de Villa de Pozos -por más histórico que haya sido- para muchos más bien sólo fue dinero desperdiciado. A nadie sorprendió el resultado, solo evidenció la polarización de algunas colonias a favor y en contra de los que promovieron este supuesto ejercicio democrático.
Más bien para muchos fue una cara simulación de democracia que está pendiendo de un hilo, si es que se confirma una sentencia judicial que echaría por tierra esos planes ambiciosos de los promotores de la municipalización. Algunos ya están muy cerca de consolidar sus planes para repartirse las atractivas tierras recién convertidas de agrícolas a uso habitacional.
Los 20 millones de pesos que le dieron al CEEPAC para organizar el plebiscito, bien se los hubieran podido ahorrar para destinarlos a medicinas para los enfermos de cáncer por ejemplo o para insumos médicos en el Hospital Central o en algún otro espacio de salud. O ya de perdis para paliar en algo la crisis de los migrantes en la capital potosina, que al igual que en otras entidades del país, sigue provocando desgarradoras historias. Por cierto, le hubieran pasado una tarjeta informativa al gobernador en una reciente entrevista en la radio nacional en la que le preguntaron (ya casi al final) sobre las acciones y estrategias de su gobierno frente a la crisis migrante y que solo porque es hábil tirando rollo y el entrevistador no le exigió mucho, salió del paso, pero si nos ponemos exigentes, se podría decir, que no se observan ni estrategias ni acciones para atender esta grave situación que se manifiesta con diversas consecuencias violentas y dramáticas
La fiesta del informe. Durante la presentación de resultados del segundo año de gobierno en Ciudad Valles, el gobernador estaba cómodo, alegre, festivo, todo le estaba saliendo bien, porque se trataba de una celebración.
El análisis de las cifras ya la realizarán con lupa los diputados (o al menos eso se esperaría), mientras tanto, el mandatario estatal se dio el lujo de tirar algunas pedradas, total, estaba en su fiesta.
Así, en medio del festejo, la pólvora, los halagos, las felicitaciones, etc, se dio tiempo el gobernador de criticar a esa élite empresarial que comparó con una popular serie de Netflix (Las viudas de los jueves) y en ese marco, el empresario Juan Carlos Valladares, aplaudió y aplaudió, junto con otros de su mismo gremio, casi sin darse cuenta de la alusión disparada.
El mandatario también tuvo tiempo de lanzar un dardo al presidente municipal de la capital, al decir en medio de su festejo, que “hacer lo posible” es fácil y que su gobierno está haciendo lo imposible para sacar del rezago a San Luis. De poco sirvió el mensaje de paz que había lanzado Galindo al enviar por diversos medios una felicitación institucional.
Los que por cierto no lo pasaron nada bien, fueron los reporteros de la fuente que fueron “invitados” a cubrir el informe a Ciudad Valles, pero que al parecer, por el descuido o desorganización de alguien, en lugar de invitados a la fiesta más bien fueron maltratados, parecían el yerno segregado que el suegro no quiere en su fiesta. No se trata de pedir un trato privilegiado, pero al menos las condiciones mínimas para realizar un trabajo respetuoso y responsable en el mejor entorno.
Por Lidia Juache