Federico Anaya Gallardo
Hoy quisiera contarte, lectora, algo acerca de la cadena británica ITV (Independent Television). Se trata de una cadena comercial nacida en 1954 para hacer la competencia a la BBC gubernamental. De entrada, esto es relevante y complejo. En 1955 gobernaba Gran Bretaña el partido conservador de Churchill. Winnie ya no era el héroe de la resistencia contra el fascismo, sino el viejo y agrio reaccionario que en 1931 descalificó a Gandhi en estos términos: “Es alarmante y también nauseabundo ver a … un abogado sedicioso del Inner Temple londinense ahora disfrazado de faquir –un tipo bastante común en Oriente– saltando medio desnudo en las escaleras del palacio virreinal para parlamentar en términos de igualdad con el representante de nuestro Rey-Emperador; al tiempo que organiza y dirige una campaña de desobediencia civil.” (Liga 1.)
En las elecciones inglesas de 1951, los tories habían perdido el voto popular pero como ganaron 17 curules más que los laboristas, formaron gobierno. Con una escasa mayoría parlamentaria y en minoría social, el conservadurismo no podía echar atrás el Estado de bienestar creado entre 1945 y 1951 por el gabinete Attlee. De hecho, el torismo incluyó al centro de su programa la construcción de vivienda (300 mil casas al año). Las buenas ideas se vuelven consenso: hasta los conservadores habían aprendido que existe el derecho humano a la vivienda.
Otro ejemplo del consenso socialista inglés era la radiodifusión. El monopolio gubernamental a través de la BBC –fundada en 1932– era demasiado para el torismo, por lo que este segundo gobierno de Churchill propuso la creación de televisoras comerciales defendiendo la idea de competencia y libre mercado. Pero la marejada socialista de la que nos hablaba Harry Leslie Smith había creado otros consensos, in mysterious ways. Resulta que el BP (british public) se escandalizó en 1953 porque la TV estadounidense había interrumpido la transmisión de la coronación de Isabel II para incluir anuncios comerciales –¡incluyendo uno con un chimpancé! Así, la ley que creó la TV comercial británica incluía un artículo que obligaba a transmitir íntegramente los eventos relacionados con la Casa Real. Es en estas extrañas circunstancias que se empezó a discutir la cuestión de los contenidos en medios masivos de comunicación. ¿Era de buen gusto (good taste) incluir comerciales en esto o en aquello? El estilo estadounidense de publicidad comercial se consideraba vulgar… Por tanto, derechas e izquierdas estaban de acuerdo en que debía ser una agencia pública la que otorgara concesiones para transmitir TV y radio.
Junto a los criterios de buen gusto y la aversión a la vulgaridad la agencia pública de radiodifusión británica desarrolló reglas para asegurar, por ejemplo, la diversidad regional. Gran Bretaña se llama Reino Unido porque dentro de ella existen naciones diferenciadas: la inglesa, la galesa, la escocesa, la irlandesa. La TV es un servicio público y debería responder a las necesidades específicas de los pueblos que formaban el reino. Por cierto, que el capítulo 6 de la Temporada 3 de The Crown (“Tywysog Cymru”) retrata este debate cuando Carlos Windsor debió aprender Galés (Cymraeg) para ser coronado Príncipe de Gales (Tywysog Cymru) en 1969. Esto es un retrato muy esquemático de la política pro-regiones y descentralizadora del gabinete laborista encabezado por Harold Wilson (1964-1970).
La compañía comercial ITV, por tanto, se formó por varias empresas regionales que atendían a las identidades locales. Cada una de estas era una concesión separada –lo que aseguraba la competencia entre ellas. Los contenidos regionales debían ser de alta calidad para que la administración general de ITV los incluyese en la programación nacional. Puedes ver, lectora, que esta ITV no era una “compañía privada” como la NBC en EUA o Televisa en México. Los privados son los concesionarios regionales y el concesionario nacional, pero todos deben trabajar dentro de un esquema público creado por el Parlamento.
Otro elemento que la agencia pública británica promovió fue la objetividad periodística. Esta prosperó al punto que las compañías regionales de ITV causaron enojo al gobierno de Margaret Thatcher a finales de los 1980s. La ITV cubrió objetivamente las violaciones de derechos humanos cometidas durante la guerra contra el terrorismo del Ejército Republicano Irlandés (IRA) al punto que Thathcer decidió –ahora sí– privatizar el sistema ITV. Esta historia la cuenta David Elstein, el productor del reportaje Death on the Rock (1988) del programa This Week del canal Thames Television (una de las compañías regionales de ITV). (Liga 2.)
Los 43 minutos de Death on the Rock (Liga 3) documentan la ejecución extrajudicial de tres terroristas irlandeses en Gibraltar, realizada por agentes del Special Air Service (SAS). La cobertura fue neutral y seria. Desde un principio se dice con absoluta claridad que los ejecutados –Daniel McCann, Mairead Farrell y Sean Savage– eran parte de una célula del IRA que planeaba un atentado con bomba durante un tradicional desfile militar pública en el Peñón. Los gobiernos británico (Thatcher) y español (González) cooperaron en la vigilancia de la célula. El equipo de reporteros de ITV entrevistó a Luis Aranz, asesor en el Ministerio del Interior español, quien señaló que ambos gobiernos compartían la misma visión respecto de la libertad, la democracia y el terrorismo. Sin embargo, al momento de su ejecución, el atentado aún no se había dispuesto y los tres irlandeses estaban desarmados.
El reportaje estremeció a la opinión pública británica. No era la primera vez que las compañías de la red ITV mostraban los abusos de la lucha antiterrorista, pero el escándalo de Gibraltar fue la gota que derramó el vaso. De acuerdo a Elstein, fue entonces cuando Thatcher decidió acabar con ITV. Este es el neoliberalismo: libre mercado sí, prensa libre no.
Lo que Thatcher no sabía es que el séptimo arte arma implacable contra los tiranos, pero esa es otra historia y deberé contártela en otra ocasión, querida lectora.
Ligas usadas en este texto:
Liga 1:
https://www.mkgandhi.org/articles/gandhi-and-churchill.html