Felipe Morales
Con una mesa para recolección de firmas y un desfile de manifestación previa a la corrida de toros celebrada en la Plaza El Paseo, los aficionados taurinos manifestaron su respaldo a la Fiesta Brava y a su continuidad así como al acercamiento de los menores de edad a la tauromaquia.
El ganadero Manuel Labastida organizó la colecta de firmas que se presentará al Congreso del Estado como una herramienta que sirva para que el cuerpo legislativo aprecie la cantidad de población que no solo está de acuerdo, si no que, gusta además de la actividad taurina.
Labastida comentó que además de defensa para la tauromaquia, las firmas servirán para hacer sólida la solicitud que se formulará para que se nombre a la Fiesta Brava como patrimonio cultural intangible de la humanidad como ya se blindó en estados como Aguascalientes; estatus que goza ya la actividad charra en todo el país.
En la manifestación a favor de los toros que en forma de desfile se presentó ante los casi cinco mil asistentes al coso encabezaban dos niños ataviados con “traje corto” y tras ellos dos damas charras, una vistiendo de gala y la segunda de adelita; tras ellas los toreros que tomaron parte del cartel con sus cuadrillas de picadores y banderilleros además del cuerpo de monosabios de la plaza.
La presencia de los niños fue una tácita expresión del menor de edad en los festejos de esta índole, ya sea como aficionados en ciernes o bien como niños toreros.
Sobre el tema en particular existen numerosos casos de “Niños toreros” que efectivamente iniciaron alrededor de los 10 años de edad como Curro Rivera, David Silveti, Miguel Espinoza “Armillita”, Hilda Tenorio que además combina la tauromaquia con la abogacía y la música de concierto y el último de los casos de éxito Joselito Adame que se erige como la primera figura actual en México y que inició como niño torero y becerrista.